París
La turbulenta temporada de estrenos teatrales por Jesús Mariñas
Nos encontramos en un momento de cambios y de estrenos que se posponen a fin de no pisarse. En Madrid cunde la desorientación a la hora de organizar eventos. Mientras hay tardes en las que coinciden hasta cuatro, los lunes suelen quedarse en blanco. Quienes organizan las fiestas precisan una mayor coordinación. Concha Velasco pospuso el estreno de su recital, un «remake» de «¡Mamá, quiero ser artista», para evitar que el personal la abandonase en pos de Manuel Gutiérrez Aragón, quien ha sido homenajeado por la Academia de Cine, para quien «Blancanieves» ha sido un revitalizante boca a boca, aunque no esperan mucho de los Oscar. Macarena García es un auténtico descubrimiento. Ya la quisiera Woody Allen para algunas de las postales turísticas que ahora hace, mientras añoramos «Días de radio» o Manhattan». Se quedó a la mitad de lo que sólo es un documental de bellezas romanas, continuador de una saga iniciada en Barcelona con la bien pagada «Vicky Cristina Barcelona», que no tenía pase y, encima, cabreó a la jet catalana, que se vió utilizada, porque luego no apareció en el catastrófico filme. Algo similar fue su paso por París y «A Roma con amor» recuerda a los filmes de los años 70 de Monicelli. Pedro Ruiz también proyecta posponer su «rentrée» del martes en el cine Callao para no coincidir con unos premios, supuestamente, acaparadores del famoseo. Esperan temerosos y, al tiempo, ansiosos el montaje tragicómico del catalán, azuzado por acontecimientos como los disparos televisivos al Rey o la que se formará de cara al referéndum del día 25. Catalán de pro, «aunque soc espanyol», como proclamó José Manuel Lara con valentía convirtiéndose en audaz adelantado del empresariado catalán, siempre entre dos aguas. Pedro tratará los temas con su habitual gracia llena de malhumor y lógica indignación. Me lo comentaba Carme Chacón hace un par de días: «No se puede fraccionar tanto una sociedad», dijo. El castellano casi está proscrito de la cartelera barcelonesa, antaño con largas temporadas de montajes que llegaban desde la Villa y Corte para una audiencia del 57% castellanoparlante. En estos momentos, tan sólo Lola Herrera mantiene el tono, aunque el público no la acompañó en los primeros tiempos. Pero impuso su calidad interpretativa. La han convertido en un clásico, aunque la prefiero haciendo personajes más hondos, como en «Solas». Pospone a Navidad un nuevo «spot» de Actimel, que debía rodar estos días, donde muchos no saben si van o vienen. Igual que los organizadores de los estrenos hasta que resuelvan superar el orgullo y comentar más sus proyectos.
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