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«Si hay otro ataque espero que empiece la guerra»

Un hombre deja flores en el monumento improvisado a los dos marines muertos en el ataque en Yeonpyeong, ayer, en Seúl
Un hombre deja flores en el monumento improvisado a los dos marines muertos en el ataque en Yeonpyeong, ayer, en Seúllarazon

INCHEON- El anciano Lee Soondong estaba pescando en la orilla del mar cuando, a su alrededor, empezaron a llover obuses. Corrió entonces hacia un refugio subterráneo y pasó allí el resto del día en que Yeonpyeong fue atacado por la artillería norcoreana. Como él, miles de habitantes de las islas occidentales de Corea del Sur, las más expuestas a cualquier ataque de los vecinos del norte, están siendo evacuados hacia el puerto de Incheon. Se trata de una medida de precaución más por lo que pueda pasar este próximo domingo. «Si hay un segundo ataque, quiero que mi Gobierno empiece ya una guerra. No podemos tolerar esto durante más tiempo. Y si no pasa nada, el lunes me volveré a la casa en la que llevo viviendo 15 años», afirma Lee. Por otro lado, unos 500 refugiados provenientes de Yeongpyeong se encuentran alojados en un SPA de Incheon, cuyo dueño, Junho Park, les ofreció un hueco en sus instalaciones mientras termina de perfilarse la situación entre las dos coreas. «Llamé a las autoridades y les propuse que
los afectados se quedasen aquí, porque hay sitio para muchas personas. Quiero a mi país y quiero a mi gente, así que trato de este modo de ayudarlos», explica este empresario, que pasa el día escaleras arriba y abajo, atendiendo las necesidades de las familias de pescadores que acaban de huir de sus casas. Los desplazados, que en su mayoría han huido hasta el puerto de Incheon en sus propias barcas de faenar o en ferries atestados, duermen en este refugio sobre colchonetas en el suelo y comen el rancho instalado dentro del recinto. «Llegaron muy asustados», explica Park. «Saben que dos de sus vecinos murieron el martes pasado y temen que les suceda lo mismo si se quedan en sus hogares. Además, están muy preocupados por si hay un segundo ataque de Corea del Norte, pero lo que realmente quieren es volver a casa. Los ancianos, que todavía recuerdan la postguerra, son los más pesimistas y creen que va a volver a haber un enfrentamiento», concluye Park. En cualquier caso, tanto quienes vivieron la guerra como los que no lo hicieron esperan con inquietud la llegada del domingo, en que el conflicto podría cambiar de rumbo.