Barcelona
Serrat y Bosé encantados con el musical de Sabina por Jesús MARIÑAS
Gran apertura de la temporada escénica con lo más esperado de la programación, en la que el productor José María Cámara tiene nombre propio desde que ideó «Hoy no me puedo levantar», con música de Mecano. Un espectáculo que suma y sigue. Algo parecido a lo que esperan de este musical sobre la obra de Joaquín Sabina, que el jueves llegó al estreno acompañado de su único hermano, Paco, y su cuñada María Jesús.
Abrazó cálidamente y con entusiasmo a Joan Manuel Serrat, que iba acompañado de Candela Tiffón, su radiante esposa. La conozco de toda la vida y su padre, José Antonio, fue uno de los pilares de la entonces floreciente Feria de Muestras barcelonesa. Todo un mundo de nostalgia mientras David Serrano pone en escena el universo de Sabina, en ocasiones tan lírico y entristecedor. Quizá la sombra sea el único reparo que hacer a este «Más de cien mentiras» seguido por el director teatral Jaime Azpilicueta, que estaba volcado en el entusiasmo en la noche de estreno.
Mientras Pitita Ridruejo se caía acaso cegada por su pasión por Vargas Llosa, a quien escogían «Hombre del año», los grandes de nuestra música arroparon ávidos tal homenaje a Sabina en el Broadway madrileño. También estaba Juan Echanove, a quien le reconocían estar más delgado «desde que haces programas gastronómicos». Qué cosas. El actor desmintió a Imanol Arias sobre la posible bajada de telón de «Cuéntame» tras diez años de emisión. «Aún nos quedan por lo menos otros tres años. Imanol bromea», explicaba.
A su compañero y hermano televisivo le acompañaba la cada día menos tímida Irene Meritxell, que estaba cerca de las hermanas Valverde. Marta hace en Barcelona «Chicago» con un volumen pectoral y vocal muy encomiado ante Miguel Bosé, que ocupó butaca delante del impagable y mítico dúo Serrat-Sabina. Paloma San Basilio lució reflejos en metal dorado sobre un traje negro de Amaya Arzuaga, a la que definió como «mi diseñadora de siempre». Al menos, desde que rompió con José Ramón de Aguirre, que sobre escena la vistió como nadie. La vi feliz porque termina disco «muy electrónico» con música y producción de su hija. Miguel Bosé mostró volumen tras el esfuerzo de perder kilos ahora recuperados, de ello tomó nota el siempre retozante Ángel Nieto. Llegaba de Ibiza para el evento por amistad con un Sabina entrañable para él y que Joan Manuel definió como «un Serrat madrileñizado». La definición fue aprobada por Santiago Segura, que aseguró que Sabina «es un castizo internacionalizado o el internacionalizador del madrileñismo». Una especie de Galdós, Larra y Ramón con fondo musical que levantó al público de los asientos. Es una buena secuela de «Hoy no me puedo levantar».
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