«Mammuth»: Peso pesado

Difícil no rendirse ante la presencia de Gérard Depardieu, que, en «Mammuth», entra en escena como un elefante en una cacharrería, haciendo de su exceso de peso una figura de estilo. Kervern y Delépine explotan su físico para transformarlo en un animal prehistórico que intenta abrirse camino en un mundo que no entiende, o que no le entiende a él. Dépardieu interpreta a un carnicero retirado que debe emprender un viaje para asegurarse de que en todos los empleos que ha tenido ha cotizado a la Seguridad Social. No teman: el discurso sobre la jubilación es sólo un pretexto.

Montado en una motocicleta tan paleolítica como su zarrapastrosa pinta, Depardieu conduce esta singular «road movie» con la confianza que otorga una tra- yectoria con más baches que una carretera comarcal.

Depardieu es el oxidado timón de una película que, desa-fortunadamente, no sabe hacia dónde navega. Este personaje «bigger than life» no tiene la fuerza suficiente para neutralizar la dimensión episódica de sus aventuras, y aunque cada parada y fonda parece un rito de paso para que nuestro antihéroe note la erosión del tiempo, la excentricidad en el tono camufla lo que podría tener de conmovedor su viaje.