Barcelona

Adeu a Espanya

La Razón
La RazónLa Razón

Nada más alejado de la realidad social, política y económica de Cataluña que un «Adeu a Espanya», como termina el famoso poema de Joan Maragall, cuyo nieto Pasqual es el que mayor provecho sacó al apellido y consiguió ser alcalde de Barcelona y presidente de la Generalitat. Este famoso texto, «Oda a Espanya», fue leído ayer en el acto institucional de la Diada de Catalunya que, como es habitual en el nacionalismo catalán, conmemora una derrota. En 1714, cayó Barcelona frente a las tropas del rey legítimo, Felipe V, que acabó con la rebelión de una parte de la clase dirigente catalana que quería como rey de España a su primo el archiduque Carlos (que prefirió ser emperador de Austria y dejó tirados a sus abnegados seguidores). La política catalana es como un suflé, que crece en radicalismo conforme se aproximan las elecciones y se modera cuando se alejan. No hay que tomarse en serio eso de la desafección (hace un siglo que nos dan la murga con ello) o determinados exabruptos (están dentro del guión).