Bruselas

Localizado en Bruselas un piso de los «taldes de reserva» de ETA

Detienen a Ventura Tomé, del «comando Saioa», y a un miembro de la «kale borroka»

Javier Aguirre Ibáñez
Javier Aguirre Ibáñezlarazon

MADRID- La Policía belga, en colaboración con las fuerzas de seguridad españolas, localizaron ayer en Bruselas un piso de los «taldes de reserva» de ETA, en el que se escondía, Ventura Tomé, del «comando Saioa» y Javier Aguirre Ibánez huido desde mayo de 2008 por participar en acciones criminales de la «kale borroka». Este individuo no había sido identificado al cierre de esta edición. Se trata de los primeros arrestos tras el anuncio del cese definitivo de la «actividad armada» y, según fuentes antiterroristas, se investiga qué papel jugaban (se cree que vinculado a la «reserva», de la que salen los miembros de los «comandos») dentro de la organización criminal. Ventura Tomé contaba con documentación falsa, proporcionada por la propia banda, que sólo se la da a sus militantes en activo.

El abogado Joseba Agudo Mancisidor, del grupo de letrados que habitualmente defienden a los etarras, tenía en su ordenador un archivo, atribuido a dirigentes de la banda (con el alias de «Pagoa»), en el que se pedía para un «refugiado que estaba en Bélgica», (Tomé), documentación falsa para poder trabajar en este país y se adjuntaban dos fotografías, lo que demuestra su vínculo con la banda.

Tomé perteneció al «comando Saioa», junto a Jesús María Bravo Maestrojuan, «Txetxu»; Ángel María Lizarbe Osés y José Ángel Uriz Zabaleta. A esta célula se le imputan la colocación de bombas contra distintos objetivos. En junio de 1999, la Audiencia Nacional los condenó a 22 años de cárcel por dos atentados. El 7 de noviembre de 1983, los terroristas colocaron un artefacto en la sucursal del Banco Central de Sangüesa, cuya explosión originó cuantiosos daños materiales. Un año más tarde, el 16 de noviembre de 1984, el objetivo fue el supermercado Sabeco de Ejea de los Caballeros.

El artefacto provocó daños por valor de unos 36.000 euros. Huyó a Francia, donde fue detenido en varias ocasiones, juzgado, y entregado a España. Tras permanecer seis meses en prisión, obtuvo la libertad a la espera de que se celebrase un juicio, pero se fugó. Las fuerzas de seguridad españolas han logrado localizarle en Bélgica, país en el que, según publicó esta semana LA RAZÓN, están escondidos, al menos, otros dos etarras.

La presión policial sufrida en Francia, ha obligado a ETA a trasladar parte de su infraestructura lejos de la frontera con España e incluso, como en este caso, a Bélgica. Los «taldes de reserva» son un instrumento esencial para la actividad criminal de la banda, que no se ha disuelto ni ha entregado las armas. Tras el anuncio de «cese definitivo», a los pistoleros no les interesa que se les descubran actuaciones que puedan ser vinculadas a un mantenimiento de las infraestructuras que les han permitido atentar durante años. Han reducido al mínimo el robo de coches y los movimientos de sus pistoleros. Se trata de dar la apariencia de que «todo ha acabado», con el fin de que España y Francia, negocien con ellos.