Cataluña

Pacto contra el suicidio por Martín Prieto

La Razón
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Cuando Rubalcaba se pone de perfil desaparece y esto es lo que más debe desagradar a este hombre que ya es una nota a pie de página. Sorprende lo suyo porque siendo inteligente y urdidor ha de saber que no acabará su mandato como jerarca socialista (el PSOE nunca digiere sus primarias) ni alcanzará la presidencia del Gobierno a menos que lluevan ranas. El espectáculo erótico-festivo-musical dado a cuenta de las relaciones incestuosas entre el PSOE y su sucursal catalana han sido un si es no es pero quizá sobre el Estado catalán en un puchero de mentiras, medias verdades, tactismo ferruginoso y parque temático de improperios y política virtual. Es más entendible que el PSC forme grupo parlamentario propio y que el PSOE recoja los restos del naufragio al otro lado del Ebro. Carme Chacón, tutora de Pere Navarro, se ha abrazado a la bandera de España, lo cual es de agradecer, pero resulta como cuando los italianos reforzaban a los alemanes y la Wehrmacht se ponía en estado de alerta. El Gobierno tiene un plan contra los suicidas que andan por el alero que no precisa mayores aspavientos, al contrario de Mas y sus Pulgarcitos que cada día detonan una bomba fétida, superando CiU a ERC que parecen unos «gentlemen». Si Rubalcaba propusiera un gran pacto nacional garantizando la unidad española, recobraría protagonismo y haría legible la Babel de mensajes subnormales que alimentan nuestra migraña. Tendrían que unirse hasta los comunistas porque no se sabe que el marxismo-leninismo haya pretendido alguna vez la partición de las naciones históricas. El Valle de Arán anuncia su secesión de una Cataluña independiente, teniendo razón Lincoln pronosticando la división de la Confederación. La mayoría absoluta del PP no excluye el pacto de los sensatos y alfabetizados que no ponen el carro delante de los caballos y que para nada excluye una nueva Constitución a votar por el censo nacional y no por unas elecciones regionales. Da igual lo que obtenga CiU porque hasta Duran Lleida meterá la papeleta tapándose la nariz.