Sevilla
OPINIÓN: Cosas de familia
La legión de abogados defensores, letrados de toga e iletrados con nómina, de Iván Chaves sostiene que al honrado comisionista le sustrajeron ciertos papeles incriminatorios de su despacho, que en realidad es su casa. Como no hubo fuerza sobre las cosas, los maliciosos apuntan a la esposa del ínclito. No es necesario explicar el formidable deseo de revancha que desarrolla una mujer en trance de divorciarse, pues estas vaginas vengativas han parido una legislación de género que haría palidecer de envidia al mismísimo Rosenberg (aviso para asesores: no nos referimos al delantero del Racing de Santander), pero es evidente que alguien trata de desviar el foco. Porque lo que en realidad importa no es que una señora haya arramblado por despecho con el contenido de un escritorio, sino que los papeles distraídos conforman la agenda del trinque en Andalucía en el régimen que hoy boquea. Igual que en Túnez, Libia o Egipto, los hijos de quien ocupa el poder durante un largo periodo ven engordar de manera fabulosa sus cuentas corrientes. ¡Y aún hay quien reniega de nuestras raíces árabes! En la orilla sur del Mediterráneo, no hay una justicia digna de tal nombre que persiga estos abusos. En la ribera septentrional, me temo que tampoco.
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