Kate: a prueba de Isabel II

A pesar de los ocho años de relación compartida con el príncipe Guillermo, jamás había participado en esta cita familiar hasta la fecha, lo que refleja el cambio de estatus de la joven británica.

A las 12:45 del mediodía y acompañada por varios miembros de seguridad, llegó en un Range Rover plateado la pareja formada por Guillermo y Kate. Para romper el hielo, un poco antes que el futuro matrimonio se presentaron en palacio el príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles a bordo de un Jaguar azul oscuro. Entre los invitados, más de 50 también se encontraban la princesa Ana y su marido, el vicealmirante Tim Laurance, y los hijos de ambos Zara y Peter Phillips, acompañado de su esposa, Autum Kelly, que está en los últimos meses de su embarazo; el príncipe Andrés y su hija, la princesa Beatriz y el príncipe Eduardo con su esposa e hijos. Dos horas y media se prolongó el almuerzo. Se pudo ver una enorme sonrisa en Kate cuando salía del almuerzo, lo que parece indicar que ha sido bien recibida por la familia, especialmente por la abuela de su novio.

Según declaraciones de la escritora Judy Wade a la revista «People», esta celebración navideña «fue una gran ocasión para la presentación de Kate. Cualquier acontecimiento familiar puede intimidar bastante a un pariente político y en el caso de la realeza la presión se multiplica por lo menos por tres. Pero a ella no parecía afectarle. Estaba segura en su compañía y disfrutó realmente de la velada».

Por otro lado, ayer se conocieron nuevos detalles de la que será la boda del año. Según publica «Huffington Post», Kate habría descartado a su firma de cabecera, Issa, para su vestido de novia y estaría considerando el nombre de un joven diseñador británico.