Bruselas
Vencer y convencer por Pilar Ferrer
Dice un dirigente del Partido Popular que ésta ha sido la campaña electoral más fácil, en el momento más difícil de España. Es cierto. Mariano Rajoy, que partía claramente como favorito, no modificó un ápice su guión, ajeno a las provocaciones del adversario. Con su habitual flema gallega, utilizó la táctica oriental: sin moverme, que se desgaste el otro.
Alfredo Pérez Rubalcaba afrontaba un reto muy complicado, con la guadaña zapateril sobre sus espaldas. Cada día, el líder popular era más candidato triunfador, mientras el aspirante socialista recibía sin clemencia el duro golpe de las encuestas.
Rajoy y Rubalcaba han sido dos contendientes especiales, únicos en la historia democrática. Ambos han estado en el Gobierno, han sido ministros del Interior y tienen una gran experiencia política. Compiten, además, bajo una crisis económica sin precedentes, en un entorno social desolador y con la espada de los mercados afilada sin piedad.
Por este motivo, Mariano acertó con su discurso económico. Algo que no pudo conseguir Alfredo, que, lastrado por una gestión desastrosa, no tuvo más remedio que refugiarse en el mensaje ideológico.
En estas elecciones se juega mucho más que un cambio. España necesita un gobierno fuerte, sólido y sin ataduras, para que pueda sentarse en Europa con la cara alta. Es la única forma de salir del túnel, con humildad, pero al mismo tiempo con coraje y ganas.
No solamente hay que ganar, sino también gobernar. Afrontar las medidas que puedan demostrar credibilidad a la alemana canciller de hierro y a los eurócratas de Bruselas. No es ahora tiempo para medias tintas. Mariano Rajoy tiene ante sí el reto de vencer y, además, convencer.
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