Valladolid

Rajoy marca a Sáenz de Santamaría para su Gobierno y se apoya en Gallardón

La portavoz en el Congreso, Mato y el alcalde le seguirán en la lista de Madrid 

Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre, en un acto en Madrid
Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre, en un acto en Madridlarazon

MADRID-En medio de los codazos por estar en la lista más disputada, la dirección del PP confirmó ayer tarde lo que ya era un secreto a voces: que el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, acompañará en estas elecciones a Mariano Rajoy como «número cuatro» de su candidatura. Gallardón da así su primer paso hacia la política nacional, un camino que en el PP creen mayoritariamente que le llevará hasta alguna de las carteras del Gobierno de Rajoy, si ganan las elecciones. El escaño es compatible con el Ayuntamiento, y en él seguirá de momento. Pero por si acaso su sucesión está ya preparada y hasta hablada y pactada: el nombre de Ana Botella se impone sobre las dudas de una parte del grupo municipal y le sustituirá como primera edil si culmina su salto a la arena nacional. Por su parte, Manuel Cobo no irá al Congreso, pero seguirá ligado al alcalde madrileño en el futuro.

Ante estas listas electorales el alcalde de Madrid ha tenido sus más importantes valedores en el entorno de máxima confianza de Rajoy en Génova. En ese equipo que él se ha moldeado en esta Legislatura le defendían con argumentos como el de que era una «marca» que podría ayudar al líder a consolidar la mayoría absoluta, pese al reconocido desgaste que estos años han dejado en su imagen por polémicas como la de la deuda municipal o las subidas de impuestos en la capital.

La otra clave de los puestos de cabeza de la lista de Madrid está en el nombre de Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz en el Congreso. Su confirmación como «dos» avala los rumores que la situaban a priori como la «mano derecha» de Rajoy en su futuro Gobierno. En 2008, ese simbólico puesto recayó en el «fichaje» estrella de Manuel Pizarro, ex presidente de Endesa, y de quien se decía que estaban destinado a ser el todopoderoso vicepresidente económico. Ahora está por ver cuántas vicepresidencias crearía Rajoy en un Gobierno que pretende que sea ejemplar en austeridad y en reducción de número de altos cargos. Pero, en cualquier caso, si no como vicepresidenta, Sáenz de Santamaría formará parte de él y ocupando altísimas responsabilidades. El «número tres» va para Ana Mato, la directora de campaña y vicesecretaria de Organización. Mato es «pata negra» del partido, cercana al ex presidente Aznar, y a quien Rajoy recuperó del Parlamento Europeo en 2008 para llevarla ya como tres. Ahora en la lista de «ministrables» hay que colocar también a Miguel Arias Cañete, ex titular de cartera en la etapa de Aznar, y que se ha hecho un sitio en el reducido grupo de confianza de Rajoy. Será el quinto en su candidatura.

El encaje de piezas en Madrid ha sido un sudoku en el que Génova ha tenido que hacer piruetas entre el deseo de Rajoy de meter a miembros de su equipo y los movimientos externos, como los del ex presidente Aznar para colocar su propia cuota. Otras razones han dejado en el aire la continuidad por Madrid de Cayetana Álvarez de Toledo (que anoche se postulaba como dos por Ávila, pese a las reticencias provinciales) y de Gabriel Elorriaga (de quien, avanzado el encaje, ayer se veía algo más factible su continuidad en Madrid, aunque a mediados de semana era descartada). Aznar ha dado la pelea sobre todo por Pablo Casado, quien de las Nuevas Generaciones de Esperanza Aguirre pasó a ser uno de sus «hombres de confianza» en FAES.

 

Número 2
Soraya Saéz de Santamaría
Premio a la lealtad y al trabajo impecable; por Carmen GURRUCHAGA
La portavoz ha sido la revelación de la temporada. Muy pocas personas apostaban por ella cuando Rajoy la envió a dirigir el Grupo Parlamentario; creían que el puesto le quedaba grande. Sin embargo, casi todas ellas han tenido que reconocer su error y aceptar que Soraya ha hecho su trabajo impecablemente. Esta abogada del Estado no ha sido nunca pillada en renuncio ni con los deberes sin hacer. Contra todo pronóstico, consiguió sacar de sus casillas a la entonces vicepresidenta Fernández de la Vega y al final de la legislatura ha logrado algo difícil para un político: ser respetada y tener credibilidad. A punto de ser madre por primera vez –dará a luz sobre el 20-N–, el jefe ha premiado su prolija e intachable labor de estos años y la ha situado nada más y nada menos que de número dos por Madrid, lo que bien podría significar que si gana el PP la elecciones generales ella sea la próxima vicepresidenta del Gobierno. Si es así tendrá el reto de demostrar que también es capaz de hacer compatible su intensa vida laboral con la familiar.

Número 3
Ana Mato
Una pieza esencial desde primera hora; por Fernando de HARO
Es de las de primera hora. De cuando el actual PP era un grupo de amigos que trabajaban con Aznar por la presidencia de Castilla-León. Allí estaba ya Ana Mato. Jovencísima, en el llamado clan de Valladolid. Algunos de los que formaban parte de aquel reducido grupo intentan desvincularse del partido para buscar vida fuera de la política. Pero a ella no se le ha pasado por la cabeza. No es para menos. Ha acabado siendo una de las personas que controla mejor las «cañerías» de Génova. Ha sobrevivido políticamente a Aznar, a su ex marido, Jesús Sepúlveda, que estuvo a punto de salpicarle con el «caso Gürtel». Y sobrevivió también a una legislatura en el Parlamento Europeo, la que empezó en 2004. Muchos se fueron y no supieron o no pudieron volver. Pero a partir de 2008, sin estridencias, consigue convertirse, de nuevo, en una pieza esencial, en una de las mujeres de confianza de Rajoy. El éxito de la campaña de las municipales y autonómicas de mayo ha acabado por encumbrarla.

Número 4
Alberto Ruiz-Gallardón
El «verso suelto» se consolida en el sanedrín de confianza; por Pilar FERRER
A los ocho años, como miembro de la escolanía de su colegio, debutó en el Teatro Real cantando «La Pasión según San Mateo», de Bach. En aquel momento soñaba con ser tenor. Pero Alberto heredó también la política de su padre, José María, uno de los hombres más lúcidos de la transición. Es de los pocos que, desde muy joven, ha pasado por muchos puestos, primero en AP y después en el PP. El llamado «verso suelto», que decían algunos de sus críticos, a veces díscolo, siempre brillante, es una de las mejores cabezas de un partido que hoy, Mariano Rajoy, ha querido tener a su lado. Alberto es de esos políticos que no deja indiferente a nadie. En su día, Rajoy le pidió paciencia y ha cumplido su palabra. Con su pinta de empollón y esos ojos de color «uva pocha», como le decía su madre, conoció el partido por dentro. Cuando Mariano le comunicó su decisión, cogió su libro de cabecera, «La montaña mágica», de Thomas Mann y escuchó de nuevo a Bach.