Momento histórico

Así han calificado los partidarios de la prohibición de las corridas de toros en Cataluña su éxito. También lo creo. Todo partió cuando el eximio presidente que nos gobierna aseguró que daría por bueno lo que el Parlamento catalán decidiese en cualquier circunstancia. Ayer, acogiéndose a tan inteligente ofrecimiento, 68 diputados tomaron una decisión soberana que afecta a todo el Estado español. Doy por hecho que hasta el 1 de enero del 2012, el Parlamento catalán, abanderado por estos 68 diputados, desarrollará las leyes que marcarán este acto de bondad suprema hacia los animales. Supongo que el primer artículo será que todo ciudadano tendrá la obligación de tener dos animalillos en casa, sean de la especie que sean. El segundo artículo prohibirá comer cualquier carne animal e igualmente pescados y mariscos, ya que resulta evidente que su consumo no respeta los derechos de los animales. En cuanto a las verduras, frutas y legumbres, habrá que constituir un comité que estudie si sufren al ser arrancadas. Ya puestos a legislar, por 200.000 firmas, podría tramitarse en sede parlamentaria cualquier manifestación del flamenco y sus derivados. No hay otra imagen, aparte de los toros, que identifique más a España. Quedarán excluidos de la prohibición Lorca y Picasso, porque aun habiendo nacido en tan inhóspitos lugares, se sentían muy catalanes. Si gustaban de los toros, era en otro momento y seguro que hoy hubiesen abominado de ello y de haber pintado el uno cuadros de este tema y haber escrito el otro «El llanto por Ignacio Sánchez Mejías», que muchos torturadores taurinos consideran una cumbre de la poesía. Por 300.000 firmas se podría retirar de Cataluña cualquier nombre que se refiera a España. Qué decir con 500.000 firmas lo que se podría legislar, la independencia.