Regreso al Madrid resquebrajado

La literatura sólo se salva en la creación de personajes, y suele perecer entre las marejadas de buenas intenciones. Hecho que afecta a la temática de la Guerra Civil española, habitualmente proclive al maniqueísmo. Justo todo lo contrario que la obra, bastante poco conocida por el público en general, de Juan Eduardo Zúñiga. De ahí la importancia de la recuperación por Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores, en un solo volumen, de tres libros de relatos («Largo noviembre de Madrid», «Capital de la gloria» y «La tierra será un paraíso») de Zúñiga sobre el Madrid sitiado de la contienda. Zúñiga, especialista en lenguas eslavas, trabaja el lenguaje a modo del Proust de párrafo largo, con un cuidado que no es habitual hoy día, y articula los personajes con una hondura y complejidad espiritual que nos recuerdan a Chéjov o Dostoyevski. Genera un ambiente camusiano, una ciudad, Madrid, que se resquebraja bajo los bombardeos y donde los deseos sexuales, el miedo, la quiebra de lo conocido, hace que hombres y mujeres vayan a la deriva, como el ciego, sucio de cal y sangre, que aparece perdido por las calles en varios de sus relatos. En las tres obras hay un ritornello que suele tener las siguientes palabras: «pasarán unos años y olvidaremos todo». Porque Zúñiga, en realidad, no nos está hablando de la Guerra Civil, ni siquiera de las guerras, sino que el lector intuye que nos muestra la condición humana: de una mujer y sus relaciones casi sadomasoquistas, de los que se refugian en un barrio de chalets destruidos en el impresionante relato final; de nuestra vida, en fin, que acaba en el olvido tras unos gritos de locura.