Portugal
El BCE acude al rescate de Portugal para evitar el colapso de su deuda
El Banco Central Europeo (BCE) volvió a intervenir ayer en el mercado secundario de deuda soberana para mitigar el renovado castigo de los inversores sobre la vecina Portugal.
El organismo que preside Jean Claude Trichet se convirtió en un agente comprador más entre tiburones financieros ávidos de ver rodar otra de las cabezas periféricas de la UE, y pospuso con su compra de bonos el rescate de la economía lusa por parte del Fondo de Estabilidad Financiera del Viejo Continente.
La pujanza compradora del BCE cortó la sangría del mercado, una oleada de ventas que llevó la rentabilidad del bono luso a diez años hasta un máximo del 7,64% poco antes del mediodía. La deuda portuguesa no había registrado un encarecimiento tan elevado en el secundario en ninguna de las etapas más duras de la crisis soberana europea, ni siquiera desde la entrada en vigor del euro. Por suerte para el futuro de la UE, en las seis horas siguientes el interés se redujo hasta el 7,3%, nivel en el que despidió la sesión. Una cota aún excesivamente elevada, en cualquier caso.
Diferencial en máximos
El temor al rebrote de la crisis de deuda, pronosticada por los expertos para el próximo mes de marzo, tomó forma cuando la prima de riesgo de Portugal se acercó a los 440 puntos básicos. El diferencial entre el bono luso y el alemán a diez años, una de las formas más utilizadas para medir el riesgo de quiebra de una economía, se relajó hasta los 400 puntos al cierre de la jornada como consecuencia del movimiento del BCE.
Las tensiones en el mercado de deuda se trasladaron a la renta variable lusa, cuyo principal índice, el PSI-20, se dejó un 1,83% de su valor. La penalización récord de la deuda portuguesa provocó que dieciocho de los veinte valores del selectivo despidieran la jornada en negativo. El «efecto dominó» también se dejó notar en el Ibex 35, que recortó un 1,31% y abandonó la tendencia lateral que había mostrado en las últimas jornadas. En cualquier caso, los expertos insisten en señalar que la situación de España dista mucho de parecerse a la del país vecino.
Lo sucedido en el mercado de deuda provocó una reacción algo tibia por parte de la Comisión Europea (CE), lo que no contribuyó a relajar la tensión entre las más altas instancias de la UE. El portavoz de Asuntos ®Económicos, Amadeu Altafaj, no ocultó el «nerviosismo» y la «incertidumbre» que rodean a Portugal, pero se limitó a señalar que el organismo comunitario no entra a valorar temas de deuda en el mercado.
«La Comisión Europea no comenta desarrollos de los mercados de deuda en particular, y sobre todo a corto plazo», señaló Altafaj, para después añadir que que el Gobierno de Lisboa ya ha adoptado «medidas muy importantes para restablecer una mayor confianza de los mercados en la economía portuguesa». La CE pidió a los líderes europeos que aprueben cuanto antes el plan global para hacer frente a la crisis, que incluye el refuerzo del fondo de rescate de 750.000 millones.
El Gobierno luso confió en que Portugal podrá seguir financiándose en el mercado pese a la penalización de los intereses de su deuda. El ministro de la Presidencia, Pedro Silva Pereira, declaró que la escalada del tipo de interés, «desafía a la UE y a la zona euro e impone una respuesta europea a la altura de las circunstancias».
España se libra del contagio sobre el resto de los países periféricos
Hace sólo unos meses, los problemas de Portugal hubieran provocado un importante encarecimiento del bono español en el mercado secundario, pero los inversores han cambiado la perspectiva sobre España. Así, el interés de la deuda española a diez años no varió ayer de forma significativa, ya que tocó techo en el 5,39% y despidió la jornada en el 5,33%. La prima de riesgo oscilo entre los 215 y los 205 puntos básicos, niveles parecidos a los de la jornada previa. El resto de los países periféricos corrieron peor suerte.
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