País Vasco

Bildu a la espera del comunicado

Los responsables de la llamada «izquierda abertzale» (Batasuna) no han tardado ni 24 horas en plantear sus exigencias de cara al futuro inmediato y poner en evidencia a sus «socios» de Bildu.

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Mientras que Pello Urizar, de Eusko Alkartasuna (EA), anunciaba, a bombo y platillo, «la retirada definitiva de ETA», los cabecillas de Batasuna reclamaban una negociación entre la banda y el Gobierno para tratar, entre otros asuntos, el traslado al País Vasco de los presos.
Expertos antiterroristas creen que ETA guardará silencio hasta que las corporaciones y el Parlamento navarro se hayan constituido. A partir de ese momento, hará público un comunicado, en el que valorará el resultado de las elecciones y se apuntará buena parte del éxito alcanzado. El tono puede ser exigente con el Gobierno, porque la banda cree que los 300.000 votos obtenidos por Bildu refuerzan su posición, digan lo que digan Urizar y determinados analistas.Martín Garitano, dirigente de la coalición en Guipúzcoa, que ha trabajado hasta ahora en «Gara» y que es un personaje a seguir en el futuro próximo, dejó las cosas muy claras en la noche electoral.

Tácticos y estratégicos
Dirigiéndose al presidente del Congreso de los Diputados, que prohibió una rueda de prensa de Bildu en el Palacio de las Cortes, señaló: «que lo sepa, incluso, Pepe Bono», los resultados de los comicios «van a ser el combustible que nos va a llevar a conseguir nuestros objetivos, los tácticos y los estratégicos». Concluyó con un «Gora Euskal Herria askatuta» («viva el País Vasco libre»). La referencia a lo táctico y lo estratégico forma parte de la terminología de la izquierda proetarra y, por supuesto, de la propia banda. Significa que los logros que se alcanzan a corto o medio plazo, como los más de mil concejales o los 300.000 votos, se supeditan a la consecución de los fines estratégicos, que son la «independencia y el socialismo».Es decir, que las elecciones han sido un paso más hacia la «construcción de un estado vasco, democrático y socialista, en el corazón de Europa», como subrayó Martín Garitano.

«El conflicto»
En una rueda de prensa, celebrada ayer en San Sebastián, los dirigentes «batasunos» Marian Beitialarrangoitia y Txelui Moreno, a quienes acompañaban Rufino Echeberria, Miren Legorburu, Mariné Pueyo y Niko Moreno (lo más granado de la alineación), reclamaron que se inicie una negociación entre ETA y el Gobierno sobre las «consecuencias del conflicto». También, que se ponga en marcha la «comisión de verificación» del alto el fuego y (se supone, porque no lo dijeron) que se le haga caso al abogado surafricano Brian Currin, que lleva meses, como alma en pena, tratando de mediar entre ETA y el Gobierno, sin que, al menos en apariencia, el Ejecutivo español le haya hecho el más mínimo caso.

Mientras los genuinos representantes de la izquierda proetarra hacían estas manifestaciones, Urizar (EA), que no va a tardar mucho en enterarse de quiénes son los que van a llevar la voz cantante en Bildu, lanzaba una afirmación sobre ETA que demuestra hasta qué punto se ha creído lo que le han contado durante las negociaciones para la formación de la coalición. Aseguró que si la banda terrorista «alguna vez tuvo apoyo social, ese apoyo sin duda ha desaparecido». Se desconoce cómo habrá caído entre los cabecillas de la organización criminal tamaña aseveración, que aporta una nueva visión sobre el terrorismo en el País Vasco.

Los que mandan
Así está Bildu 24 horas después de las elecciones. Unos, los que mandan, reclaman el protagonismo para ETA; y otros, los convidados de piedra, los que han prestado sus siglas, dicen que los pistoleros son cosa del pasado.Los «batasunos» aprovecharon la rueda de prensa para reclamar la legalización de Sortu, algo sobre lo que tiene decidir en los próximos meses el Tribunal Constitucional. En ese momento, ya no les haría falta la compañía de EA y Alternatiba, los socios en la coalición. Para no enturbiar demasiado pronto las cosas, admitieron que tanto Sortu como Bildu tendrían sitio en una «mesa multipartita», en la que pretenden abordar «consensos políticos» para definir el futuro político de Euskadi.

El PP puede retrasar
Respecto a los resultados de próximas elecciones generales, previstas para marzo del año que viene, salvo que se adelanten, Beitialarrangoitia indicó que el hecho de que el PP llegue a gobernar puede ralentizar el proceso pero no lo detendrá. «Puede influir, pero no sabemos si para bien o para mal», agregó. «El 22-M –insistió– representa una estación de tránsito hacia el objetivo de construir un Estado vasco».