Barcelona

Josep Antoni Duran Lleida: «A poco que haga bien Rajoy será un presidente mejor que Zapatero»

La campaña electoral encara su recta final. Josep Antoni Duran Lleida nos atiende en un desplazamiento de Barcelona a Terrassa. Se sube a la furgoneta y despacha con su secretario a un ritmo vertiginoso. Se aclara la voz (muy castigada) y se predispone a la entrevista antes de protagonizar un mitin que, admite, le sube la adrenalina.

ESCENARIO ABIERTO. Las encuestas revelan que PSC, PP y CiU van muy pegados. Duran confía en su victoria.
ESCENARIO ABIERTO. Las encuestas revelan que PSC, PP y CiU van muy pegados. Duran confía en su victoria.larazon

–Rajoy será presidente, según todas las encuestas. ¿Le merece más confianza que Zapatero y que Rubalcaba?
–Comparto las previsiones de que Rajoy será presidente del próximo Gobierno y, además, lo será con mayoría absoluta. Zapatero no lo podía hacer peor en esta legislatura, sobre todo con la crisis económica. Mirando al futuro, debo decir que por muy poco bien que lo haga, Rajoy lo hará mejor que Zapatero. Y de Rubalcaba no hace falta que haga una valoración porque no va a gobernar.

–¿Cómo es su relación con Rajoy?
–Es una relación cordial. Creo que Rajoy es una buena persona, una persona capaz. Ha tenido muchas dificultades internas en su partido, pero ha sabido imponerse y ahora hay que esperar a ver cuál es el Rajoy que gobierna.

–El PP dice que está dispuesto a escuchar su demanda de un nuevo pacto fiscal para Cataluña, pero prioriza el crecimiento económico antes que el reparto del dinero. ¿CiU está dispuesta a aplazar su reivindicación?
–No considero incompatible el pacto fiscal con el crecimiento económico, al revés. El pacto fiscal es un instrumento para la recuperación económica de Cataluña y esta recuperación es imprescindible para España. España va mal, pero irá peor si Cataluña no recupera el pulso de su economía.

–¿Confía en hacer entender este argumento aunque haya un escenario de mayoría absoluta del PP?
–Confío en que, pese a que haya mayoría absoluta, Rajoy sea capaz de entender que hay cosas que deben afrontarse esta legislatura. No hay suficiente con una mayoría absoluta, se necesita el concurso de otras fuerzas políticas y que se entienda que en Cataluña hay un déficit fiscal al que hay que poner solución. No pido una solución para el mes de enero o de febrero de 2012, sino a lo largo de la legislatura.

–De hecho, el propio Rajoy ha expresado su deseo de que todas las fuerzas participen en el proyecto de recuperación nacional.
–Sí, pero cuando se gobierna no basta con hacer este tipo de llamadas. Lo que debe hacer Rajoy es crear las condiciones para que los demás nos acerquemos, no simplemente hacer llamadas a arrimar el hombro.

–CiU gobierna desde hace un año en Cataluña y se ha apoyado en el PP para llegar a acuerdos, por ejemplo, para aprobar los presupuestos. ¿Se puede trasladar este esquema a la política nacional?
–Nosotros no podemos colaborar con el Gobierno de una manera permanente si no hay capacidad de entender que han pasado cosas muy importantes en la relación entre Cataluña y España en los últimos cuatro años como la sentencia del Estatut. El PP debe respetar, no digo asumir, el hecho catalán. El PP ha utilizado el tema de la lengua como un instrumento para buscar confrontación donde no la hay. A partir de aquí, si el PP tiene en cuenta partes importantes de nuestro programa electoral estamos dispuestos a hablar, aunque no sé cuál será el resultado del diálogo.

–Es decir, que no descarta una reedición del Pacto del Majestic entre PP y CiU.
–Depende del PP. Si el PP nos llama para hablar, igual que en su día, y está dispuesto a aceptar el pacto fiscal, a priorizar el eje ferroviario mediterráneo, a un plan de choque contra el paro, a tipificar los hurtos como delito, a dar apoyo a las pymes, a reformar el IVA para que no se pague hasta que no se haya cobrado la factura, a rebajar el impuesto de sociedades… Nosotros estamos dispuestos a hablar, a pactar no sé. Se verá en función del resultado.

–El programa electoral de CiU habla de una «nueva etapa» de la federación nacionalista en las Cortes, basada en «el derecho a decidir». ¿Vamos a ver en la próxima legislatura una CiU más soberanista?
– No, no, el derecho a decidir significa que Cataluña pueda decidir sobre sus impuestos sin perjuicio de que eso comporte una cuota de solidaridad y una cuota de retorno al Estado que contemple los servicios que continúa haciendo en Cataluña. Derecho a decidir significa reivindicar la transferencia de los aeropuertos catalanes y singularmente el de El Prat. Eso quiere decir el derecho a decidir, abordar las competencias desde Cataluña.

–¿El pacto fiscal que reclama CiU en la línea del concierto vasco hace inviable la financiación de todas las CCAA?
–No, se trata de repartir mejor los recursos y no necesariamente en detrimento de las comunidades autónomas, sino de que el Estado no haga gastos innecesarios como un tren de alta velocidad que sólo usan nueve personas. El Gobierno debe ser capaz de reducir sus gastos y debe ser justo con la financiación de Cataluña y de alguna otra comunidad.

–Durante esta campaña ha apuntado la conveniencia de formar un Gobierno de concentración. ¿La sostiene?
–Hice esta propuesta la semana pasada, cuando la prima de riesgo en Italia alcanzó los 560 puntos y en España los 410. Si después del 20 de noviembre se dieran esas condiciones, a mi entender –aunque quien lo debe decidir es Rajoy– no debería descartarse coyunturalmente la necesidad de un gobierno de concentración. La tendencia en Grecia y en Italia es ir a gobiernos de unidad.

–En Cataluña, las encuestas pronostican una victoria pírrica del PSC y abren la posibilidad de que el PP quede segundo por delante de CiU. ¿Le preocupa?
–Todo está abierto y muy reñido en Cataluña porque también existe la posibilidad histórica de que CiU gane. Está claro que el PP gobernará aunque no tenga ni un solo diputado en Cataluña y lo que pido a la gente que quiere castigar al PSOE es que sepa que hay una alternativa a votar al PP, que es votar a CiU. Los electores del PP deben ser conscientes de que Rajoy va a gobernar por mayoría absoluta y, por tanto, pido que nos presten su voto si piensan que no tiene sentido que los socialistas ganen otra vez en Cataluña.

–¿El escenario de mayoría absoluta no condena a CiU a una situación de poca influencia en Madrid?
–CiU sólo ha tenido la oportunidad de ser decisiva con una mayoría relativa del PSOE entre 1993 y 1996 y con el PP entre 1996 y 2000. Aunque haya habido mayorías absolutas o mayorías relativas apoyadas en otras fuerzas –como los gobiernos de Zapatero–, CiU siempre ha tenido importancia porque comporta un valor añadido en la política española. El valor añadido de CiU no hay mayoría absoluta que se lo salte. CiU siempre ha tenido importancia en la política española aunque haya mayorías absolutas.

 

En busca de un rol importante en Madrid
Josep Antoni Duran Lleida (Alcampell, Huesca, 1952) protagoniza su tercera campaña como candidato de CiU a las generales. Está convencido de que esta vez su formación tiene a su alcance la posibilidad histórica de imponerse en Cataluña, donde siempre han ganado los socialistas. Las encuestas dicen que todo puede pasar, incluso que CiU pierda su condición de segunda fuerza en beneficio del PP. «Una derrota de CiU en Cataluña significaría, obviamente, que la gente no quiere que nosotros juguemos en la política española», reconoce. También cuestionaría la teoría del soberanismo creciente en Cataluña, pero Duran prefiere «no hacer derivadas». Artur Mas y Jordi Pujol se han deshecho en elogios al líder de Unió durante los últimos días. Aplauden su rigor, su sentido común y sus relaciones internacionales. Duran asegura que no quiere culminar su carrera profesional como político, pero lo cierto es que lleva esta actividad en la sangre. El candidato nacionalista era hasta hace muy poco el político mejor valorado de toda España y dice con una sonrisa que no tardará mucho en recuperar este honor. De momento, su obsesión es ganar y luego hacer entender al PP que un nuevo pacto fiscal para Cataluña es lo mejor para la recuperación de todos.