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El Ecofin se concede un plazo de diez días para salvar el euro

La Razón
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BRUSELAS- Son diez días «críticos» los que tiene el euro por delante. Sin aspavientos pero con todo el dramatismo al que le han empujado los mercados y el deterioro de la crisis, el comisario Olli Rehn advirtió ayer de que la «Unión Económica y Monetaria tendrá que ser completada con mucha más integración o tendrá que aceptar una desintegración gradual» en la cumbre del día 9.
Los ministros de Finanzas de la UE discutieron los principales instrumentos para caminar hacia esta mayor integración, la que permitiría a Bruselas corregir los presupuestos nacionales e incluso poner bajo una intervención camuflada a socios incumplidores. Este camino, inspirado por Berlín y que ha tomado el resto de vecinos europeos ante la presión de los mercados, ha puesto en la diana a países como España o Italia, que, aunque no tienen un programa de rescate, cumplen el perfil para estar bajo este marcaje. Por eso, la vicepresidenta primera, Elena Salgado, pidió que la definición sea «más precisa» sobre cuáles serían los criterios que llevarían a esta situación de excepcionalidad porque si no «puede crear problemas».

Salgado, en su última reunión con sus colegas europeos, trasladó el compromiso del nuevo Gobierno español con los planes de consolidación fiscal. El principal destinatario de este mensaje es el equipo de la canciller Angela Merkel, que cocina estos días con Francia un refuerzo mayor incluso de las propuestas de Bruselas y que, según adelantó París, podría incluir fijar el déficit cero en 2016. Para España, esta avalancha legislativa con tanto acento en la austeridad y la vigilancia fiscal podría plantear problemas de «coherencia» y dispersa la atención de lo que para Salgado debe ser la prioridad: «el crecimiento».

Berlín también ha conseguido posponer el debate sobre una mayor involucración del BCE, a través de una compra masiva de bonos secundarios, como herramienta para detener la fuga de confianza de los inversores, y la creación de los eurobonos para proteger al euro en el futuro.
En el contexto de este choque de tesis, Berlín impidió ayer que la UE concediera avales conjuntos a la banca para facilitar su financiación en los mercados, tal y como también quería España, al recordar que ya pueden recurrir al fondo de rescate europeo, al que puede acudir bajo una estricta condicionalidad.

Por otra parte, la Comisión propuso nuevas normas para controlar el oligopolio del mercado de la auditoría, que se reparten cuatro gigantes en Europa, para subsanar las «carencias» que fueron cómplices del camino hacia la crisis.

 

«Lo más duro es ver que el paro no baja»
Elena Salgado, tras despedirse ayer de sus colegas del Ecofin, recordó que su momento más difícil en este órgano fue la reunión del 9 de mayo de 2010, en la que se los socios la obligaron a adoptar recortes a cambio del fondo de rescate para países endeudados: «El momento más complicado fue aquella noche, donde se establecieron decisiones importantes y solidarias». Sin embargo, Salgado quiso recalcar que, «lo más duro, sin duda, es ver mes a mes que las cifras del paro no bajan. Es lo más duro de este tiempo que me ha tocado vivir», aseguró.