Nueva York
Clinton faro de la política exterior
Contrasta la juventud de algunos asesores con el bagaje de otros. Él mismo lo ha reconocido: «Habrá decepciones».
NUEVA YORK- Cuando el todavía presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, quiera ver a sus consejeros más cercanos, David Axelrod o su jefe de personal, Rahm Emanuel, sólo tendrá que salir de su despacho de la Casa Blanca y torcer a la izquierda. El afroamericano quiere a estos dos hombres cerca. El primero lleva con él desde el año 2004, cuando el líder aspiraba al Senado, y el segundo es un político de Chicago, consejero de Bill Clinton en el que confía totalmente.
Al lado de Emanuel estará su vicepresidente, Joe Biden. Justo en la calle de al lado tendrá a Tim Geithner, en el Departamento del Tesoro, y un poco más lejos estará Hillary Clinton, en el de Estado. Geithner dejó su puesto de presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York para unirse al equipo de Obama. Ha trabajado codo con codo en las operaciones de rescate de la crisis financiera de Henry Paulson, el hombre al que va a suceder en el Departamento del Tesoro.
Además, entre las caras nuevas del Gobierno estará la de Tom Daschle al frente del Departamento de Sanidad, que asesora a Obama en estas cuestiones desde 2004; Janet Napolitano, gobernadora del Estado fronterizo de Arizona, en el de Seguridad Nacional; Eric Holder como fiscal general del Estado, que ocupó el cargo de segundo de este puesto con Bill Clinton; el actual jefe del Pentágono, Robert Gates, que Obama ha decidido mantener en su Ministerio, o el Premio Nobel Steven Chu, en el Departamento de Energía, entre otros. Éstas son algunas de las viejas caras de los que van a traer el cambio que ha prometido Obama en Washington.
Todos tienen en común que saben lo que se hacen y ya han estado en el Gobierno porque han formado parte o bien del de Clinton o bien del de George W. Bush. Y los que no son amigos de Obama de Chicago. Y a estos últimos es quizás a los que mejor conoce el nuevo líder de Estados Unidos. Ya lo ha dicho en diferentes ocasiones: «No hay tiempo que perder». Las cosas no están para bromas. Y él mismo ha admitido que «habrá decepciones». Así que es mejor apostar sobre seguro.
Precisamente, hace días el líder escribió una carta pública a sus hijas Sasha y Malia en la que les explicaba por qué quería ser presidente de Estados Unidos, y donde respondía a la pregunta que muchos se formulan acerca de quién querría ser líder de este país en los tiempos que corren.
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