Irak
Al Qaida acecha a Hamas en Gaza
Al Qaida no tiene amigos. Ni siquiera entre los árabes islamistas más radicales, como Hamas o Hizbulá. La red terrorista de Osama Ben Laden busca súbditos obedientes allá donde lance sus tentáculos. Y en el caso de los territorios palestinos su presencia anuncia posibles choques con las fuerzas de Hamas en Gaza y, aunque menos probable, con Al Fatah en Cisjordania. Eso es, al menos, lo que se puede deducir de un informe elaborado por servicios de inteligencia occidentales y según el cual la situación palestina sigue siendo un aspecto clave en la propaganda de los cabecillas de Al Qaida. Sobre todo después de que los grupos que operan bajo su paraguas en Irak hayan sufrido durísimos reveses en sus enfrentamientos con las tropas aliadas durante este último año. El documento, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, describe que hay algunos grupos en la Franja de Gaza cuyos postulados son similares a los de Al Qaida. Entre éstos cita a dos pequeñas bandas salafistas -Jund Allah y Jaish Al Ummah-, a Fatah al Islam en Palestina y a Jaish al Islam. Precisamente es este último, y no Hamas, el responsable directo del secuestro del soldado israelí Gilad Shalit en 2006, según los datos aportados por los servicios secretos. Sin embargo, la estrategia de Al Qaida para hacerse con el control de Palestina choca con un serio problema: Hamas. El dominio del Movimiento Islámico sobre Gaza dificulta considerablemente el establecimiento de los terroristas salafistas, cuyos grupúsculos, con notables diferencias «políticas», tampoco son capaces de ponerse de acuerdo sobre quién debe dirigir su estrategia en la zona. Según los investigadores, a pesar de que las «franquicias» de Al Qaida no tienen demasiadas posibilidades de establecerse como ramas regionales, sí pueden responder a cualquier intento de Hamas por erradicar su implantación en Gaza. Las acciones de Hamas contra estos correligionarios podrían radicalizar a otros que acabarían uniéndose a los salafistas. El resultado sería desastroso en este preciso momento para los islamistas palestinos: cualquier occidental o instalación occidental podría ser blanco de un ataque cuyo objetivo sería dañar tanto a los «no creyentes» como al propio Hamas. De momento la «guerra» entre ambas facciones no ha comenzado, quizá porque Al Qaida no ha logrado unificar a sus seguidores ni cuenta con una estructura de mando suficientemente sólida en los territorios palestinos. Algo parecido a lo que, según el informe, ocurrió en Líbano. Allí, Fatah al Islam se convirtió rápidamente en el grupo dominante en el campo de refugiados de Nahr al Bared. Pero su castillo de naipes se vino abajo en 2007, cuando el Ejército libanés laminó a sus milicias. No obstante, los campos de refugiados en el país de los cedros siguen siendo un inmenso campo de cultivo para Al Qaida.
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