Génova
Alternativa y acercamiento a CiU y PNV para el nuevo curso
MADRID- «Los resultados de las europeas son el inicio de un nuevo partido en el que se reparten de nuevo cartas». Así ve uno de los miembros del Comité de Dirección del PP las consecuencias de estos comicios en el curso político que se inaugurará después del verano. Para el PP, el buen resultado coloca en el escenario otros retos, no menos importantes de los que ha tenido que librar hasta ahora. Uno de ellos es conseguir que cuaje definitivamente la idea de que Mariano Rajoy es una alternativa real de Gobierno y no tan sólo el jefe de la oposición. Este objetivo exige reforzar su discurso y poner en marcha una completa campaña de imagen y de penetración en la sociedad, según explican en Génova. Hay quien recuerda la estrategia que siguió José María Aznar antes de llegar a La Moncloa y cómo, por ejemplo, se rodeó de un equipo de asesores internos y externos que le ayudaron en su escalada hacia el poder. El Congreso será otra de sus prioridades. Hasta ahora, el PP ha sacado un modesto rédito de la debilidad parlamentaria del Gobierno, en buena parte por la estrategia socialista de sumarse a las iniciativas de la mayoría, aunque le suponga incluso ir en contra de algunos de sus principios políticos o económicos. Los populares confían en que a partir de septiembre las minorías marquen aún más distancia con el Ejecutivo. «Si no querían quemarse con él en la pira de la crisis, mucho menos lo harán después del resultado de las elecciones europeas», sostiene uno de los convencidos «marianistas» con mando y plaza en Génova. Con los pies en el suelo, el PP prevé que el PSOE pueda llegar a sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año con BNG, CC y resto del Grupo Mixto. Pero su objetivo son CiU y PNV, ya que también espera que catalanes y vascos coqueteen más con sus iniciativas para tensar su distancia con el PSOE. El partido de Rajoy tiene muy presente las elecciones autonómicas catalanas que se celebrarán en noviembre del próximo año y sus inevitables consecuencias en la relación entre convergentes y socialistas. «Cada vez hay menos margen para el entendimiento entre un partido de Gobierno en Cataluña y otro que aspira a convertirse en alternativa, y nosotros tenemos que aprovechar esa circunstancia», sentencian en Génova. Recorte de distancias En paralelo a ese acercamiento, el PP señalará Cataluña y País Vasco en su mapa de plazas prioritarias, y sobre esa base diseñará su trabajo territorial. Sin olvidar, por supuesto, Andalucía, donde sigue recortando distancias al PSOE, pero aún le falta camino por recorrer para tener a su alcance la Junta; y Castilla-La Mancha, comunidad en la que en estas elecciones ha confirmado las posibilidades de María Dolores de Cospedal como aspirante a desbancar a José María Barreda. En clave interna, las europeas han servido para confirmar la disposición de Rajoy a convocar un congreso nacional del PP antes de las generales. Sin adelanto de las elecciones por parte de Zapatero, el cónclave debería celebrarse en 2011. En el último Congreso de Valencia se abrió el camino para que Rajoy pudiera ser candidato a La Moncloa sin someterse al refrendo de un congreso. Ahora, despejado el camino y cortocircuitada la corriente crítica con los resultados de las gallegas y de las europeas, el líder popular cree que puede ser una oportunidad para reforzar su proyecto y candidatura. En relación al «caso Gürtel», en Génova sólo preocupa la situación del tesorero nacional, Luis Bárcenas. Todos los demás flecos se dan prácticamente por amortizados. Bárcenas es la historia del PP y un nombramiento personal de Rajoy.
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