Arantza Quiroga: «No hay maxibolsos donde guardar el miedo»

Es la segunda mujer en presidir el Parlamento Vasco y la primera que lidera la cámara bajo un Gobierno no nacionalista. Se dice que pertenece al ala conservadora del PP y que atesora la valentía de decir siempre lo que piensa. Que especulen otros: ella se expresa alto y bien claro. -¿Cuál es su balance como presidenta pasados los cien días?-Positivo y muy intenso... No he parado.-Su madurez política llegó con un asesinato de ETA, pero en contra de la tradición nacionalista de su familia, se afilia al PP.-Es que yo con 19 años tenía las cosas clarísimas.-¡Qué miedo me da la gente que tiene las cosas tan claras a esa edad!-¿Por qué? Me apasiona la política y creo en lo que hago... -¿Y no le valía el PNV y hacer feliz a su madre?-No, no y no. Nunca me he sentido nacionalista, porque me parecía renunciar a otra realidad importantísima y enriquecedora que es sentirse español.-¿Pero con 21 años no se piensa en cosas más frívolas?-Ya, pero reivindico el papel de los políticos y la vocación que nos mueve.-Yo lo entiendo todo, como que el vuelco a su carrera política viniera de la mano de la impresión que le causó a Aznar, con 24 añitos. ¿Qué hizo?-¡Ni idea! Lo único que hice fue leer el discurso sin equivocarme.-¿Lo escribió usted misma?-Lo tenía muy interiorizado y fui cambiándolo todo, hasta decirlo justo como me salía del alma. -Es un valor emergente del PP, pero del ala conservadora. ¿El "pero"le toca las narices?-¡En absoluto! No me preocupa. Si me han encasillado es problema de los demás. En el PP no me siento distinta, sino integrada, querida. -Es curioso su mutuo afecto con Basagoitia, sin estar en plena «concordancia» política.-Es que si me estoy jugando la vida, cuando podía estar haciendo otras cosas, con mi familia y mis hijos detrás... ¿voy a andar con paños calientes utilizando eufemismos? Hay que hablar claro y ahí Basagoiti ha sido un maestro. -¿Sus clases de euskera van bien? ¿Aprueba o le queda para septiembre?-Bien. Aún no puedo mantener una conversación, pero cuando lo logre, lo voy a lucir...-¿Es tan importante hablarlo?-¡Para nada! Pero me he comprometido a hacer ese esfuerzo y lo voy a cumplir.-Muchos vascos desearían que el «Guernica» no estuviese en Madrid.-A mí me parece que está perfecto en el Reina Sofía, donde todos los españoles podamos disfrutarlo.-Cójame la metáfora: ¿el capitán Spock sólo es bueno para la ficción?-¡Pues sí!-Es usted muy políticamente correcta.-Pero no pastoril. Es un lado que estoy empezando a desarrollar ahora... Porque no me pasan ni una. Esto no ocurre con el resto de los parlamentos autonómicos.-Sartre dijo que la inteligencia es de izquierdas... Desde luego, la intelectualidad de izquierdas se vanagloria de ello. ¿Los de derechas lo llevan en silencio?-Tampoco es así. Me hacen gracia los que se hacen de izquierdas y luego viven como todo eso que critican. Hay mucho de utopía y de una herencia del pasado, de cierta solerilla «gauche divine». Pero no sé si las generaciones jóvenes ven en ellos un referente de izquierdas.-¿Mira los bajos del coche cada mañana?-Los miran por mí. Pero si utilizo el particular, sí lo hago.-¿Y hay maxibolsos lo suficientemente XXL para guardar el miedo?-No cabe en ningún bolso ni en ningún sitio, te lo tragas.-Desde luego, ninguna empresa farmacéutica ha inventado psicofármacos para el miedo.-No, ¿verdad? A mí nunca me los han recetado.-Lo decía Botín: si necesitas algo urgente, pídeselo a alguien muy ocupado, que lo hará seguro.-Estoy convencida. Cuánto más ocupada estoy, más rindo.-Vasca y madre de familia numerosa. O guisa bien o es para denunciarla.-Mmmmm... bien, bien, no. Pero me defiendo.-Además de estar con los papeles aprendidos, con la neurona en su sitio y mona...-¡Claro, encima mona! -Pues eso... encima. ¿Se pone a hacer marmitako los domingos?-Tengo una ayuda confesable: la thermomix. Anoche hice magdalenas para mis hijos. Necesito tener esos detalles para que perciban que «mamá hace esto por nosotros». Buscar cosas donde noten que mamá está ahí.-Siga, esto es inaudito en una política...-Tengo que buscarme las triquiñuelas: como ver las representaciones de mi hijo por webcam. Cuando pone en duda de si lo he visto o no, tengo la opción de desarmarle porque el director del colegio ha tenido la feliz idea de colgarlo en la red. Agradezco a las nuevas tecnologías aquello que nos traen de bueno.-Hablando de hijos, ¿se une a la plataforma de mujeres contra el aborto?-Ya me he unido. Me cogió Cristina Schlichting por banda la misma tarde que fui a la COPE y ya estoy con ellas.-También está de acuerdo con Benedicto XVI en que la solución no es el preservativo...-Efectivamente. Estoy de acuerdo con él.-No me conteste si no quiere: ¿está vinculada a la Obra?-No tengo ni medio problema en decirlo: no soy miembro jurídico, pero estoy próxima al Opus.-¿Lo tienen más fácil los que creen que los ateos?-¿Por qué piensas que yo creo? Es lo que me ayuda en el día a día. La vida es muy dura y ocurren cosas que, o le das un sentido trascendente, o no tienen lógica.-De Irún a Vitoria... Le dará tiempo a leer. ¿En qué literatura anda enredada?-En mis clases de euskera, papeles que aprovecho para leer y «La sombra del viento» y «Suite francesa», antes de acostarme. Luego me queda «Millenium» para no desfasarme del mundo.-¿Lee prensa del corazón?-Como todos, aunque lo niegue.-¿Y es más de Belén Esteban o de la Campanario?-¡No me hagas descender a esos niveles!-Cuénteme qué debilidades tiene... y no vale el chocolate.-Los perfumes. Y me hacen una faena, porque me he impuesto terminar cada frasco. Cuando no paran de regalarme muestras, me vuelvo loca...-Lo que no hay es miedo a verla en bikini.-No. Estoy más mona con bañador.-Piensa en un quinto hijo... ¿o ya no le cabe ni en su vida ni en su casa?-Yo estoy muy abierta. Me encantaría. Ahora gracias al nuevo reglamento hay posibilidad de relegar el voto... -Dios mío, ¿qué hace usted con el tiempo?-Alargaaaaarlo.

Humana, demasido humanaAunque uno estuviese en las antípodas del pensamiento político de Arantza, pero asistido de cierta sensibilidad poética, se iría de vinos con ella. Alcanzada su madurez política con el asesinato de José Luis Caso y acrisolada con la muerte de Miguel Ángel Blanco, no hay miedo que la pare ni perspectiva de bomba que la arredre. Con la vista puesta en un nuevo Itaca-vasco y la perseverancia de un miura, pocos intuyen que es humana, demasiado humana. Le gustaría que lo dijese –y por eso lo hago–: ¡que el cielo le dé cordura!