Caso Marta del Castillo
Auto de excarcelamiento
Un mazazo, un auténtico mazazo ha resultado el auto de excarcelamiento de Javier Delgado, hermano del principal acusado en el crimen de Marta del Castillo, dictado por el magistrado que dirige la investigación del caso. Especialmente duro ha resultado el golpe en el seno de esa familia que desde el 24 de enero pasado, añade al calvario de la trágica desaparición de su hija, un cúmulo de despropósitos en la investigación policial. Anoche mismo el padre de Marta se extrañaba, desolado, ante los oyentes de Onda Cero de la puesta en libertad del que fue considerado en un momento determinado el presunto cerebro de la desaparición del cadáver de su hija. Nadie, mejor que el juez, sabe realmente el grado de imputación del hermano del principal encartado y nadie mejor que el magistrado para aplicar la ley, que para eso está. Se produce esta puesta en libertad en un contexto social y judicial alarmante, donde se ha llegado a escuchar que si no aparecía el cadáver de Marta del Castillo, deberíamos empezar a prepararnos para situaciones «muy desagradables». Permitánme reiterar (lo avancé el día que el preso pidió el polígrafo) una de las primeras situaciones que vamos a vivir: Javier Delgado, autor de la carta exculpatoria desde la cárcel hace un par de semanas, pidió someterse a la prueba del polígrafo, práctica pericial no contemplada en nuestro sistema judicial. Por eso lo rechazó el juez. Pues bien, no se extrañen de que, una vez recuperada la libertad, Delgado cumpla con su deseo de someterse a la máquina de la verdad y, de paso, ganar unos miles de euros. Seguro que se lo rifan algunas productoras de TV para los realitys habituales. Efectivamente, debemos prepararnos para situaciones desagradables...
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