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Autor por derecho propio

Tenemos que educar a nuestros jóvenes en el respeto a la propiedad y se debe entender que la intelectual también lo es

La Razón
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Algo está cambiando en Europa en lo referente a la defensa de la propiedad intelectual y su relación con Internet, y en concreto el derecho de autor de obras literarias y artísticas. Con la aparición de la red y las nuevas tecnologías, se ha generado un marco de excesiva contienda entre el respeto de aquellos derechos y el uso libre de este nuevo escenario tecnológico. Hoy en día los sistemas denominados P2P, a través de una relación legal como es el compartir archivos entre los usuarios de la red, permiten millones de descargas de obras protegidas por la Ley. Recientemente, en Suecia ha entrado en vigor una ley contra la piratería, que permite «desenmascarar» al ciberpirata que comparte archivos en la web a través del P2P y autoriza al titular de los derechos de propiedad intelectual de una obra a recurrir a un tribunal en caso de que detecte que está siendo pirateada; el juez obligará al proveedor del servicio a desvelar la identidad oculta tras una dirección IP desde la que se han compartido archivos, permitiendo al afectado reclamar una indemnización que cubra el «daño real» causado, si bien se establece que el intercambio de archivos debe ser de «cierta dimensión». En Francia se acaba de rechazar una iniciativa legislativa, que será presentada de nuevo en breve, que hubiera permitido desconectar, después de tres avisos, a los usuarios que usaran redes P2P para compartir contenidos ilícitos, y en caso de reincidir, una comisión integrada por tres jueces podrá ordenar que se le corte su acceso a internet durante un periodo de entre dos y doce meses. Este tipo de soluciones legislativas pueden ser discutibles y además han de ser discutidas, pero parece obvio que algo hay que hacer. Hoy apenas se publican ya discos, los autores y cantantes jóvenes lo tienen muy difícil, cualquier artista prefiere hacer conciertos a publicar; una película nueva se puede obtener por métodos ilegales, a la vez que es estrenada. Tenemos que educar a nuestros jóvenes en el respeto a la propiedad y se debe entender que la intelectual también lo es. De forma paralela la industria debe adaptar sus ventas a las nuevas tecnologías y a las nuevas costumbres, y sobre adaptando los precios. Pero en cualquier caso los derechos de los internautas, todos somos internautas, no deben nunca contraponerse ni afectar al derecho de autor y habrá que buscar una solución creando más sistemas de descarga legal que respeten el derecho de autor. Un día me preguntó un artista ¿qué precio debo ponerle a mi último CD para que no me lo pirateen?, no supe que decirle.Mientras tanto se debe pensar en soluciones legales en la línea de la legislación sueca, que permitan actuar contra el abuso en las descargas, –hoy hay personas que se han bajado más música de la que podrán escuchar en toda su vida–, que permita el rápido y eficaz ejercicio del derecho ante los tribunales, en concreto los civiles, pues no hace falta criminalizarlo todo. Personalmente me parece que el canon no es la solución, a los sumo es la solución fácil, que penaliza a todos por el fraude que comenten unos pocos; es como si al entrar en un gran almacén te piden tres euros para resarcir al propietario de los hurtos que se cometen en su interior. Debe superarse el canon indiscriminado que nos convierte a todos en sospechosos y buscar soluciones legales que recaigan en los defraudadores y no sobre toda la sociedad.