Afganistán
Aznar aboga por una Europa con menos Estado y más valores
El ex presidente defiende una mayor implicación europea en la lucha contra el terrorismo.
madrid- El ex presidente del Gobierno José María Aznar defendió ayer una «Europa con menos Estado, menos impuestos, menos gasto público, menos intervención pública en los mercados, menos empresas públicas y más productividad». Además, a su juicio, «una sociedad que nos mantiene a todos contra cualquier eventualidad es una sociedad en la que luchar por el futuro deja de ser importante». Aznar pronunció ayer en la Universidad de Harvard una conferencia sobre el papel de Europa en el contexto geopolítico. Una ocasión que aprovechó para advertir de que la economía no es lo único que está en crisis en el continente europeo, ya que éste también padece una crisis más amplia de principios y valores, es decir, de identidad. En ese sentido, recordó que detrás de Europa hay una realidad construida con raíces culturales e históricas comunes y apuntó que «mal que le pese a algunos, Europa no se puede entender sin sus raíces cristianas». «Renegar de todo lo que nos une e identifica constituye un grave error», consideró.Aznar señaló un problema endémico de pérdida relativa de peso económico de Europa en el mundo que se ha venido traduciendo en una pérdida de peso político en el contexto estratégico mundial. Y para recuperar la senda del éxito es necesario, según su análisis, que Europa se inspire en el espíritu de la Agenda de Lisboa, que se sostiene en cuatro pilares: el euro, la independencia del Banco Central Europeo –insuficiente por el momento–, un verdadero mercado interno y economías abiertas y mercados más flexibles, incluyendo el mercado laboral. El ex presidente del Gobierno también defendió ante el alumnado de Harvard una Europa más atlántica y más implicada en la lucha contra la amenaza global del terrorismo. «Coincido plenamente con la reciente declaración del presidente Obama en la que reclamaba que Europa asumiera una mayor responsabilidad en materia de seguridad. Preservar la libertad tiene un coste», sostuvo.Lógicamente, aludía a la responsabilidad que el Viejo Continente debería asumir en relación a Oriente Próximo y, sobre todo, en la causa de la derrota del terrorismo en Afganistán e Irak.«No se debería criticar a aquellos que asumen sus responsabilidades. Se debería criticar a aquellos que no lo hacen, a aquellos que no reconocen al terrorismo como una amenaza global y que no actúan en consecuencia», concluyó el ex presidente del Gobierno, en su radiografía de la realidad europea. Su tesis es que el mundo no se detiene, y que los europeos haríamos mal si negáramos los desafíos y debilidades a los que nos enfrentamos.
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