Crítica
Baño de sangre
La violenta versión de «Sanson y Dalila» en la Ópera de Colonia vuelve a aplazarse por bajas entre los cantantes
La polémica por las puestas en escena arriesgadas es uno de los debates que más sacude a la ópera contemporánea. Alemania no es ajena a esta controversia, pues recientemente se anuló en Berlín el estreno de una versión contemporánea de «Idomeneo», ante las amenzas de radicales islámicos, pues en el montaje aparecían representadas las cabezas cortadas de Jesucristo, Buda y Mahoma. Durante este mes de abril, la Ópera de Colonia ha vivido un fuerte debate interno que concluyó ayer con un nuevo retraso de la producción de «Sansón y Dalila», trasladada al Oriente Medio actual. La «première» fue pospuesta hace unos días a última hora por enfermedad de su solista y en medio de la polémica desatada por la crudeza de algunas escenas (que incluyen ametrallamientos y violaciones en masa con sangre real), que había provocado en los ensayos una epidemia de bajas entre el coro de la Ópera de Colonia. La dirección del teatro explicó ayer que el estreno, previsto para por la noche, se había aplazado una semana por una infección viral de la cantante Ursulla Hesse, justo antes del último ensayo general, por la que deberá permanecer tres días en reposo absoluto y sin cantar.Testigos de la guerraSegún el portavoz del coliseo, Johannes Wunderlich, el aplazamiento no tiene que ver con las anteriores bajas generalizadas entre el coro y algunos cantantes, supuestamente a causa del tipo de producción. Hace unas semanas, Wunderlich tuvo que admitir que 28 miembros de los 64 que forman el coro habían presentado la baja por enfermedad. Medios coloneses afirmaron con anterioridad que algunos de los miembros del coro habían sido testigos de la Guerra de los Balcanes, de ahí el impacto emocional que sufrieron ante algunas de las escenas. Las bajas se habían extendido también a la mezzosoprano israelí Dalia Schachter, quien debía interpretar el papel de Dalila, para el que fue sustituida posteriormente por Hesse. También enfermaron otros dos compañeros en el elenco, Samuel Youn y Ulrich Hielscher.
Carrera escandalosaLa brutalidad de algunas de las escenas de esta versión de la ópera de Saint-Saëns (a la izquierda, su cartel promocional) ha propiciado que sea casi imposible encontrar imágenes de la puesta en escena de Tilman Knabe. El director, que no había usado sangre real durante los ensayos, ya era conocido por otros montajes transgresores, como por ejemplo el «Turandot» que estrenó en Essen, donde también corrió la sangre (como se puede comprobar en la imagen superior).
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