Brown un cadáver político que se resiste a abandonar

Londres- Gordon Brown se ha convertido en un auténtico experto en técnicas de supervivencia. En apenas tres días, cinco ministros y otro puñado de cargos menores del Gobierno han presentado su dimisión. Los rebeldes estaban dispuestos a entregar una carta en Downing Street presentada con 70 firmas pidiendo su cabeza y todo hacía pensar que el «premier» tenía muy difícil escapar esta vez del atolladero. Sin embargo, una vez más, Brown consiguió ayer un poco más de oxígeno adelantando una reforma del Ejecutivo que, de momento, ha retrasado el complot. La gran sorpresa es que no hubo cambios en aquellas carteras en las que se preveía movimiento. Como en el caso de Alistair Darling, quien, contra todo pronóstico, consiguió permanecer al frente del Tesoro. El propio Brown había insinuado que quería cambiarle de puesto. La intención era sustituirle por Ed Balls, responsable de Educación, pero tras comprobar que éste no gozaba del apoyo de los «blairistas» decidió no arriesgar. El que sí cambió de cartera fue Alan Johnson, el hombre al que todos ven como firme sustituto de Brown. El ministro de Sanidad aceptó el cambio a Interior dando un mensaje firme al partido de que no está en sus planes sustituir a Brown. Pese a que la remodelación demostró que el laborista mantiene, por ahora, el apoyo de los pesos pesados del partido, las elecciones celebradas en 34 autoridades locales ratificaron que el «premier» no cuenta con el respaldo del electorado. Las proyecciones de los resultados dejaron ayer al laborismo con el peor saldo de toda su historia, con sólo el 23% de los votos. La formación quedó por detrás de los conservadores (38%) -que barrieron toda la zona- y los liberal-demócratas (28%), y perdió los cuatro feudos donde había gobernado los últimos 30 años. El histórico fracaso dejó al laborismo sin ningún condado en Inglaterra. Con todo, Brown confirmó que no abandonaría su cargo. «Acepto mis responsabilidades, pero creo que soy la persona más indicada para sacar el país adelante», matizó. El batacazo que le espera mañana con los resultados de las europeas será decisivo para saber si podrá mantenerse en el número 10.