Barcelona
Cayetana sopló una vela en su 83 cumpleaños
La Duquesa de Alba iba impecable y hasta juvenil con un vestido azul estampado con florecitas de Blumarine. Irradiaba felicidad, aunque ninguno de sus hijos la acompañó. Ella los justificaba con un «vendrán para Semana Santa y la Feria de Abril». Pero tuvo junto a ella fidelidades inalterables como las de Carmen Tello y el gran Curro Romero. También a Consuelo y José Manuel Lara, además de los hijos del marqués de Valencina, que le ofrecieron uno de los mantoncillos que Cayetana se echa encima cuando sopla aire en La Maestranza. Llegó con Marta Talegón al volante y comió arroz con langostinos y salsa americana seguida de tortilla de patatas con cebolla «que pidió expresamente», pasando del solomillo servido al resto de comensales. Come bien, su discurso ya no resulta ininteligible gracias a la operación, duerme estupendamente y, aunque no le gusta celebrar porque eso supone cumplir años, se le fueron los ojos con los postres escogidos por Carmen Tello: tocino de cielo –que entusiasma a Lara–, helado de turrón con chocolate y mousse de chocolate blanco. Era su primera salida y no mostró desánimo, sino ansias de recuperar el tiempo perdido. Otros, mientras, presuponen de todo, y no es para menos, porque parece un relato de los que Agatha Christie situaba sobre el Nilo o a bordo del Orient Express. Es un misterio que aumenta a medida que pasan los días, y hoy se cumplen cincuenta. ¿Asesinato, secuestro o ganas de quitarse del medio? Todo son cábalas sobre el paradero del novio de Leticia Sabater, y la imaginación se ha desbordado. Ella busca conclusiones mientras la Policía investiga qué pasó con Roberto Corbo, su ex novio cuarentón «y mi mejor amigo», según la presentadora. Aunque habían roto su relación de tres años hace seis meses, pasaron juntos la Nochevieja en Altea. Corbo frecuenta ambientes nocturnos, en donde le conocen como Boby. No dicen lindezas de él, incluso sabiendo que está en paradero desconocido. Hablan de ajuste de cuentas porque se dedicaba a la usura, algo denunciado por su familia: «Prestaba dinero con unos intereses exagerados», señalan. Aparte de sentimientos, ella le prestaba dinero –del que cobraba suculentos ingresos– y Roberto le dejó sin pagar ciento veinte mil euros además de quedarse con un Mercedes. Pero ella confía en él y le defiende. El novio de DibildosAlgo parece que impensable en los amores de Lara Dibildos, ahora con Oscar Calelle, un mozo de escuadra de servicio en Madrid. Por «¿Dónde estás, corazón?» pasó una de las afectadas por el joven, quejándose de estafa sentimental y económica: «Estuvimos saliendo durante un año en Barcelona y Óscar no pagaba nada, porque apenas puede vivir de su sueldo», asegura Alexandra, una azafata sueca. Y es que al chico le gustan las marcas y paga doscientos euros de cuota mensual para costearse una moto. Lara le conoció en casa de una amiga y no sale de su asombro ante lo que están descubriendo. Aquí ya contamos cómo hace tres años pretendió a Arancha Sánchez-Vicario, otra de las encandiladas hasta que conoció el percal. Porque, además de atributos, el chico tiene tela.
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