Badajoz

Cayetano el más elegante

La Razón
La RazónLa Razón

a masiva celebración del cumpleaños de Don Juan Carlos se convirtió en caldo de cultivo de chismorreos, desde el nuevo cambio capilar, y ya van dos desde que empezó el año, de Doña Letizia con sus epatantes pendientes, al modelazo de la duquesa de Badajoz o la comentadísma, aunque lógica, ausencia de Jaime de Marichalar. La noche dio para mucho, todos elogiando al Monarca que repite «yo sigo». Y que dure.

No es el caso de los habituales en las ya tradicionales, y a veces incluso increíbles, listas de «elegantes». Un repaso, premio, confirmación o regalo anual. Lo que en un primer momento fue lista de mujeres refinadas, donde nunca falta Nati Abascal –este año ya en una lógica tercera posición tras la Infanta Elena y Penélope Cruz, aunque lo suyo es imbatible y mejora con los años–, se amplió a los varones. Recordemos cómo en los primeros tiempos nunca faltaban el hoy recuperado Samaranch, Miguel Primo de Rivera, el conde de Tabas, Cayetano Martínez de Irujo y hasta políticos como Adolfo Suárez.

 

estética torera

La nueva selección de la revista «¡Hola!» está encabezada por Cayetano Rivera, el segundo de Carmina. Otro estilo, y no sólo en la estética torera, tiene un aire que no tiene nada que ver con la de Ordóñez, añorado e inolvidable «abuelo bobón». Justo detrás aparecen el duque de Feria y su hermano Luis Medina seguidos por José María Manzanares Jr. y una retahíla integrada por hombres que son poco más que muchachos. La elegancia ya no es patrimonio de una clase social, aunque no por eso no deja de sorprender que no figurase ningún noble, quizá porque lo de ahora es más deportivo o informal aunque Cayetano haga brillar los ojos cual chiribitas cuando se pone serio en las revistas vestido de Armani. Aunténticamente rompedores son «los niños de Nati», arquetipo de cánones actualizados que siempre parecen recién escapados de algún friso clásico. Este año han impuesto las aterciopeladas zapatillas de lujo, algo inédito en nuestros lares. Mantienen su lugar destacado como árbitros de una «elegancia diferente» que suele contrastar el traje oscuro con los zapatos claros huyendo del aburrido clasicismo del combinarlos con zapatos negros. La elegancia es genética y no se aprende aunque algunos sólo «vistan elegantes» sin serlo. Un ejemplo: Cayetano como número uno demuestra más que su hermano Fran, a quien le sobra cabeza y le falta talla física. No se puede ser elegante sin un alto esqueleto. Aires renovadores, adecuación a los tiempos y jubilación de muchos ya apolillados en modales y vestir. Ojo que vienen dando.