Londres

Cejas circunflejas

La Razón
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Lunes, 11: gestión Hay dos clases de políticos: los que mienten y no gestionan y los que no mienten y gestionan, o sea Alberto Ruiz-Gallardón. La inteligencia hay que gestionarla, y el que no sabe gestionarla ni es inteligente ni es buen político. En Gallardón, y lo digo sin adulación, convergen inteligencia y gestión. Yo no sé si Madrid será o no será Ciudad Olímpica en 2016. Lo que sí sé hoy es que los «Trece Jueces» evaluadores del CIO creen que Madrid, absolutemente en todo y por todo, merece serlo. Pero-y aquí, ay, el pero- si el índice de felicidad «per capita» de Madrid es muy superior al de Chicago, Río de Janeiro y Tokio, que se dice, «el índice de influencia de Obama en el CIO es políticamente superior al de ZP, Lula da Silva y el emperador Akihito», me dice quien me lo dice. El CIO es un «lobby» tan agradecido y diletante, olímpicamente, como infiable y seducible, políticamente. Ojalá Obama no haga uso de su «índice» de influencia.

 

Miércoles, 13: himno Soy simbolista, creo por lo tanto en el himno nacional y detesto al Lucifer del periodista: la censura. En la única TVE del franquismo la censura era una de sus antorchas. Va de anécdota.Urtain disputaba a Cooper, en Londres, el título europeo de los pesos pesados. Era lo más importante de aquel día en la calle. Yo presentaba los deportes en la primera edición de Telediario. Me llama «el jefe» (vive, es buena persona, tiene muchos años, era un «mandao»: le justifico, porque le quiero):-Hoy, en Telediario -me ordena-, ni una palabra del combate de boxeo de esta noche. La BBC pide mucho dinero por la transmisión. No lo vamos a transmitir. Me defiendo: -¿Cómo que no hable de lo que todo el mundo espera? Exigiéndome obediencia:-Lo dicho. Me rebelo: -Si no puedo hablar de Urtáin, que me sustituya el locutor de turno. Yo no hago el ridículo. El jefe se pone de pie y me pone firme.-Tú haces el telediario y no hablas de Urtain.No me acollono:-Haré el telediario y hablaré de Urtain -le respondo con insolencia. Jaquetón, me amenaza:-Atente a las consecuencias. Presenté el Telediario y hablé de Urtain. Mariano Medina, «El Hombre del Tiempo», socarrón (era un tío estupendo), afligido, me suelta: -Adiós, Miguel, hasta la vista. Hablaremos por teléfono. Me voy convencido de mi destitución. El conserje:-El jefe, que suba.El jefe, sonriente: -La BBC se ha bajado de la parra. Daremos la pelea en directo. Qué suerte, Miguel, que hayas hablado de Urtain. Amo a TVE, un capítulo hermoso en mi biografía profesional. Y pienso que en mi TVE en blanco y negro, ante los hechos fácticamente inocultables, éramos profesionales más jabatos, más jabatamente profesionales (o insensatos, si así lo prefieren). Ahora -lo intuyo- el Herodes de turno se cargará a algún inocente, como en el franquismo, para «depurar responsabilidades» y seguir él en el trono.

Jueves, 14: circunflejas He estado en el Ritz, en la nueva «puesta de largo» de Florentino Pérez como candidato a la presidencia del Real Madrid. Ha contestado a todo y a todos como Messi habla con el balón: con picardías, con amagos, con ironías y con zalemas ilusionantes, según. Me he fijado en sus cejas y me he dicho: «No son circunflejas. Vamos a creerle». Cerca de mi silla, sin embargo, oigo a un circunflejo crítico: «No empieza bien. No. Si todavía no tiene decidido el entrenador, que debe ser el constructor y responsable técnico del ¿colosal proyecto¿ que va a ser con él el Real Madrid, ¿por qué anuncia veladamente otra vez fichajes sonoramente galácticos?».