Consejos para la compra y óptima conservación de frutas y verduras en verano

La mejor receta en tiempos de crisis es apretarnos el cinturón y no gastar más de la cuenta para no desviarnos de nuestro presupuesto. Sin embargo, hay alimentos básicos de los que no podemos prescindir tales como el pan, el pescado, las frutas y las hortalizas. Con la llegada del verano, y con ello del calor, es más que recomendable ser extremadamente cauteloso para comprar estos productos en buen estado y mantener su conservación de forma adecuada.

Por este motivo, la organización Interprofesional de frutas y hortalizas de Andalucía, HORTYFRUTA, y la Asociación de Empresarios Detallistas de Frutas y Hortalizas de Madrid, ADEFRUTAS, han elaborado un decálogo informativo que recoge las diez reglas básicas para aprender a seleccionar las frutas y hortalizas de calidad, así como algunas instrucciones para una correcta conservación de los tesoros de la tierra en nuestros domicilios.

1.Cuando acudas al mercado elige productos que no presenten magulladuras, no marchitos, que no den muestras de humedad externa y olores extraños que indiquen que puedan estar en mal estado. Quizás el precio merezca la pena, pero seguramente sólo se podrá aprovechar una mínima parte del producto.

2.Si adquieres productos hortofrutícolas envasados en una malla revísalos uno a uno para cerciorarte de que todos se encuentran en condiciones óptimas para su consumo.

3.Ajusta tu compra al consumo, es decir, adquiere exactamente la cantidad de piezas que vayas a ingerir, así te asegurarás que no tengas excedentes y que no terminen estropeándose.

4.Compra frutas y verduras de temporada. Son más baratas, tienen más sabor y generan un menor impacto medioambiental. En el caso de las frutas es donde1.más se nota la relación calidad / precio, ya que al ser más abundantes, son más baratas y, además, más frescas. En este punto, confíe en un profesional detallista de frutas y hortalizas frescas, ya que lo que es bueno para ti, es bueno para él.

2.Cuando adquieras los productos intenta no mezclar los que estén más maduros con los más verdes

3.Conserva los productos frescos en un lugar frío, seco y oscuro. Si los productos aún no han madurado y deben conservarse al aire libre, evita guardarlos cerca de las fuentes de calor como hornos, calentadores de agua, radiadores o luz solar directa. El calor acelera el proceso de contaminación de los alimentos frescos.

4.Antes de que una hortaliza vaya a estropearse, ten en cuenta si puedes congelarla para comerla después en buen estado. Hay algunas hortalizas como las judías verdes, acelgas y cebolla que no se deterioran una vez congeladas. Eso sí, deberás lavarlas y cortarlas antes de congelarlas. En este sentido, ten en cuenta que la congelación de determinadas verduras requiere un escaldado previo que elimina las sustancias que pueden afectar negativamente a las verduras durante la congelación. Es cierto que su textura y color se ven afectados, pero no así su sabor y sus nutrientes.

5.Aquellas hortalizas que no quieras congelar pueden cocinarse y envasarse al baño maría. Es el caso de la salsa de tomate, cebollas, pimientos. En este punto ten mucho cuidado con practicar esta técnica adecuadamente para llegar a unos buenos niveles de esterilidad de los alimentos a fin de evitar enfermedades como el botulismo. El botulismo es una grave enfermedad causada por una neurotoxina producida por el bacilo Clostridium botulinum. Entre las causas habituales de esta enfermedad se encuentran la ingesta de conservas infectadas, principalmente caseras, y el consumo de verduras frescas que han crecido en suelos contaminados.

6.Sigue las reglas de la dieta mediterránea y consume, al menos, cinco raciones al día de frutas y hortalizas siempre de buena calidad para sentirte naturalmente sano.