Energía eléctrica
Consejos para recortar la factura de la luz
A pesar de la subida del recibo de la electricidad (3,34% más al mes), es posible pagar la misma cantidad o menos. Sólo con ligeros cambios puede ahorrar 630 euros al año y más de 1.000 con un pequeño esfuerzo.
Desde enero, el recibo de la luz ha subido 0,92 euros al mes para los consumidores domésticos tipo, que son los que tienen entre 2,5 y 5 kilovatios (kW) de potencia contratada. Es decir, la mayoría, más del 50 por ciento de los hogares, según explica Antonio Petit, de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa). El motivo, acabar con el déficit tarifario. El resultado, que, salvo que cambie de potencia contratada, tendrá que pagar -tanto si consume como si no- un 3,34 por ciento más cada mes (casi doce euros más al año). Con el fin de pagar menos, sobre todo en estos tiempos que corren, ahí van una serie de consejos con los que ahorrar de forma sencilla. Pues si no se puede rebajar el coste de la potencia contratada, sí puede pagar menos. ¿Cómo? Sólo a través de medidas de ahorro puede llegar a pagar hasta 625 euros menos al año. Si además compra un solo electrodoméstico eficiente o refuerza el aislamiento de su vivienda, el ahorro puede superar los 1.000 euros.
Apagar el «stand by»
El primer paso consiste en apagar el «stand by» de los aparatos electrónicos. «Con sólo apagar este botón, cada familia podría ahorrarse entre 18 y 20 euros», asegura Juan Antonio Alonso, director de Ahorro y Eficiencia Energética del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). La explicación es que «si tomamos de media que una familia tiene en el hogar tres aparatos de entre cinco y siete vatios cada uno que deja las 8.600 horas del año en modo de espera (un televisor, un DVD y un ordenador), derrochará 180 kW año». Si este ejemplo lo extrapolamos a los 22 millones de hogares que hay en España, lo cierto es que «se gastan 440 millones de euros», añade. Ya no parece que consuman tan poco... De hecho, en todos los hogares españoles dejar el botón rojo encendido «supone 909,8 millones de kWh al año, el quivalente al consumo anual de energía de 75.000 familias», según Gas Natural. Otro gesto sencillo es desenchufar los cargadores. Dejar enchufado el cargador del móvil, pero sin él, «aunque consuma poco, no sirve de nada y sólo con no dejarlo enchuchado ahorrará entre dos y tres euros al año», asegura Alonso.
Iluminación
Respecto a la iluminación, las bombillas de bajo consumo son más caras que las incandescentes. Pero, a la larga, este sobrecoste se amortiza, ya que tiene que comprar menos (una, en vez de ocho), pues «duran entre 8.000 y 15.000 horas frente a las 1.000 de las otras», según Alonso. Además, dan la misma luz (una de 100 vatios que una de 20, que son las eficientes). «Durante la vida de la bombilla de bajo consumo, ahorrará 640 kW, es decir, 115,2 euros, pues un kW cuesta 0,18 euros (contando con impuestos, potencia, etcétera). Así que con sólo cambiar una bombilla incandescente por una eficiente que use 2.000 horas le permitirá ahorrar 28 euros al año, y si la usa 4.000 horas, 56», precisa Alonso. Así que si tiene 20 bombillas, el hecho de cambiarlas todas por unas eficientes le supondrá un ahorro anual (si las usa 2.000 horas) de 560 euros. Pero en cualquier caso, no olvide apagar las luces cuando salga de una habitación.
Temperatura
En cuanto a la temperatura, si tiene una caldera eléctrica recuerde que en invierno, la temperatura más saludable no es la que le obliga a ir en tirantes en pleno mes de enero. Para Alonso, «la temperatura ideal no existe, pues depende del uso, pero se podría decir que 21 ºC es lo apropiado». Y, aunque se suele decir que por cada grado que suba la temperatura consumirá un ocho por ciento más de energía, lo cierto, según Alonso, «es que eso depende del contraste de temperatura que haya entre el interior y el exterior del hogar, salvo que la vivienda esté cien por cien aislada térmicamente». Así, «si en el exterior hay 0 ºC y en el interior 21 ºC, pasarlo a 22 ºC supone entre un siete y un ocho por ciento más de consumo. Y como la calefacción consume el 41 por ciento de la energía del hogar (410 de los 1.000 euros que pagamos) con no subir un grado la familia ahorraría 33 euros al año», detalla.
Cambio de tarifa
Uno de los mayores ahorros se puede lograr contratando una óptima tarifa. Para los que no suelan cocinar ni poner lavadoras durante el horario punta, una buena opción es elegir la tarifa de discriminación horaria (horas Valle). Lavar, planchar, cocinar entre las 22 horas y las 12 horas en invierno, y en verano entre las 23 horas y las 13 horas. Es decir, 14 horas en donde la energía es más barata. «Un hogar normal, sin hacer nada especial (sin cambiar de hábitos), puede ahorrar con esta tarifa un cinco por ciento del consumo, unos 50 euros al año. Y saldrá cada vez mejor», avanza Alonso.
Electrodomésticos
Si va a cambiar algún electrodoméstico opte por uno de bajo consumo (clase A, A+ y A++). Aunque el desembolso sea mayor, lo cierto es que al final sale más barato, al consumir menos energía. Esta decisión es si cabe más importante en el caso del frigorífico, al ser el que más consume, ya que funciona 24 horas del día. Así que, a pesar de su poca potencia (200 vatios, frente a los 2.000 de un secador), elija los de la clase A++, que son los que tienen un consumo un 30 por ciento inferior que los de uno de consumo medio. De hecho, sustituir uno ineficiente (G) por uno de la clase A++ supone 936 euros de ahorro en 15 años (62,4 euros al año). Por cierto, no meta alimentos calientes en el congelador, sobre todo por el bien de su aparato. «Dejar enfriar un litro de crema a temperatura ambiente, evita que al introducirla a 80 ºC en el congelador se despilfarre medio kilovatio hora. Es decir, 0,10 euros despilfarrados (por pieza)», asegura Alonso.
Aislamiento
Para mantener durante más tiempo el calor en invierno refuerce el aislamiento de su vivienda. Entre el 25 y el 30 por ciento de las necesidades de calefacción se deben a las pérdidas de calor que se originan en las ventanas, según Gas Natural. Mucho de ese calor se va también por algunos materiales, pues permiten el paso del frío o del calor con más facilidad que otros. Por ello, una buena opción es optar por la rotura de puente térmico, es decir, poner material aislante entre la parte interna y externa del marco. Así, en una vivienda de un edificio situada en una zona climatológica como Madrid consume unos 132 kWh por m2 al año, lo que supone 895 euros de factura en calefacción al año. «Un óptimo aislamiento y doble ventana supondría reducir el consumo de calefacción en un 45 por ciento, lo que supondría pagar unos 400 euros menos al año», asegura Fernado García Mozos, responsable de Proyectos del Departamento de Doméstico y Edificios del IDAE. En definitiva, si lleva a la práctica estas medidas podrá disfrutar del mismo bienestar, gastando menos y emitiendo menos, mucho menos CO2 a la atmósfera, lo que si por una parte contribuye a mitigar el cambio climático, también resulta bueno para su salud y para las generaciones venideras. Así que... ¿por qué derrochar recursos?
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