Teherán
Defensa de la Prensa
Se escuchan más y más voces según las cuales la prensa escrita tiene los días contados y va a ser sustituida más temprano que tarde por los medios de internet. La crisis económica, que ha retraído la publicidad y en algunos medios (no todos) a los lectores, ha venido a echar más leña al fuego. Hay personas que presumen de no leer nunca un periódico impreso, como si eso fuera el colmo de la modernidad, y otros que parecen tomarse su afición a internet como una revancha contra la prensa escrita, que al parecer les habría producido agravios inéditos hasta ahora. También se afirma, como gran argumento, que el bajo coste de la información en internet permitiría medios más independientes y menos sesgados o parciales.El primer mito es justamente ése, el del bajo coste de la información. Es verdad que hay informaciones muy poderosas que apenas tienen más soporte que internet, como el vídeo sobre el asesinato de la joven de Teherán que ha sacudido recientemente al mundo entero. Otra cosa es la exposición de los hechos: las fuerzas en juego en el régimen de Teherán, a qué responde la represión y cómo se ha llegado a esa imagen tremenda, que apela a algo más que a la compasión y a los sentimientos. La información, la información de verdad, nunca es barata. Requiere un trabajo arduo de selección, análisis y exposición, así como personas con criterio, especializadas en la búsqueda y el tratamiento de la información. Eso cuesta lo mismo en prensa escrita que en internet. Es decir, mucho.Internet ofrece algo que la prensa escrita no puede dar, como es la inmediatez de la información. Pero esto ya existía en la radio y por tanto no es nuevo del todo. Cambia, eso sí, el acceso al canal, que internet ha universalizado gracias a instrumentos de publicación de alcance universal e instantáneo como son las páginas web y sobre todo los blogs, en cualquiera de sus formas. Se ha podido hablar, no sin razón, de democratización de la información. La contrapartida es que el lector que se limite a este género recibirá una información o una opinión –que es lo que ocurre casi siempre– muy centrada sobre un asunto. La dispersión y la especialización acaban creando comunidades virtuales que suelen compartir filias y fobias, y además no se aventuran nunca fuera de los asuntos que les interesan.La prensa escrita ofrece una mayor pluralidad. Un lector de periódicos tiene cada día información sobre todos los aspectos relevantes de la realidad, desde la vida política hasta los deportes, la economía o los espectáculos que se ofrecen en su ciudad. No será el universo entero, porque conviene no lanzarse a la hipérbole, pero sí se parecerá bastante a algo que le permitirá una visión más equilibrada y global del mundo que le rodea. En este aspecto, la prensa escrita sigue siendo insustituible. A muy largo plazo, podrá cambiar de formato e incluso acabar publicada sólo en internet. Pero incluso así quedará la fórmula del diario sobre el que se crea una opinión pública informada sobre el conjunto de la realidad. Cuanto más diversas y abiertas sean las sociedades en que vivamos, más agradeceremos –y más estaremos dispuestos a pagar– medios como los que hoy se califican, algo tontamente, de tradicionales.
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