Irán
Delenda est
La célebre coletilla casi monomaníaca de Catón el Viejo referente a la antigua Cartago, parece cobrar vigencia hoy día y, juntamente con ella, surgen ciertas reflexiones preocupantes. Me refiero a la carrera armamentística nuclear emprendida por Irán, bajo los auspicios de fanáticos metidos a pseudorredentores universales y ayatolás iluminados. Ésta es una situación en extremo peligrosa para el mundo que defiende desde cosas tan importantes como la libertad individual, la dignidad de la mujer como persona, la cultura con diversidad en el debate, la legislación independiente de imposiciones religiosas, la igualdad de ambos sexos ante la ley la salvaguarda de los derechos humanos del reo condenado (lo que impide, entre otros abusos, las mutilaciones penales), hasta asuntos –si cabe menores– tales como la proscripción de abstinencias forzosas cuanto a lo que se come y bebe; es decir: aquello que, en fin, constituye todo, o casi todo, lo que nos hace presumir de ser plenamente civilizados.Dado el enorme riesgo que supone para nuestra sociedad ese estado de cosas, es para espantarse ante la pasividad con que se contempla lo que acontece, y ya que no dudo de que quienes son nuestros paradigmas más o menos inmediatos sean personas ponderadas y con sentido común, ruego a quien pueda me aclare las siguientes dudas:1) ¿Por qué no se para el programa atómico de un país que amenaza con volver a tomar para el Islam los territorios que les fueron reconquistados siglos atrás, y que declara abiertamente que persigue la aniquilación de otro país próximo? 2) ¿Por qué se monta un alboroto ante las pruebas balísticas y nucleares de Corea del Norte –con material tan rudimentario que se considera un éxito insuperable de su inefable líder el que los cohetes alcancen el limítrofe Mar de Japón– y se ven impasiblemente los misiles iraníes capaces de bombardear con precisión Europa? 3) ¿Cómo se digiere que el país con una de las mayores reservas de hidrocarburos necesite acometer la construcción de centrales nucleares para proporcionarse energía? 4) ¿A qué espera la izquierda laica, feminista, pacifista y defensora de los derechos humanos para manifestarse contra la nuclearización militar de un país cuya política se orienta por los dictados del fanatismo religioso? 5) ¿Por qué desde los líderes mundiales hasta los ilustradísimos guías políticos más próximos se empeñan en creer que los ciudadanos somos idiotas?
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