Asia

Pekín

Doce años de trabajos forzados para dos periodistas de EE UU

Las dos mujeres cumplirán su condena en los campos más terribles de Corea del Norte

Doce años de trabajos forzados para dos periodistas de EE UU
Doce años de trabajos forzados para dos periodistas de EE UUlarazon

Doce años de trabajos forzados en los campos de prisioneros más terribles de Asia es el castigo que dictó ayer un tribunal de Corea del Norte contra dos periodistas estadounidenses, detenidas por hacer su trabajo. Se trata de Euna Lee y Laura Ling, reporteras con pasaporte americano y de origen asiático, que fueron arrestadas en marzo mientras documentaban la situación de los refugiados de Corea del Norte que huyen del régimen de Kim Jong Il por la frontera con China.

 

Paradójicamente, para los súbditos del régimen más hermético de Asia, pisar territorio chino significa entrar en un paraíso de prosperidad, oportunidades y libertades. Atraídos por esas historias, los reporteros de todo el mundo acuden para constatar el flujo migratorio y entrevistar a quienes esquivan la seguridad.

 

Algunos se aventuran más allá y cruzan el río en barcas de alquiler, haciendo fotos y dando un privilegiado vistazo dentro de un país donde es imposible entrar sin un escolta de los funcionarios del régimen. Aunque las víctimas lo desmienten, las autoridades aseguran que Lee y Ling hicieron eso y fueron detenidas dentro del territorio de Corea del norte: «Cometieron un crimen por haber cruzado la frontera», reza la sentencia. Sin embargo, otras fuentes aseguran que fueron los soldados quienes atravesaron el río y atraparon a las dos periodistas por sorpresa, en territorio chino. En cualquier caso, el régimen de Kim Jong Il aprovecha el «trofeo» de las periodistas como un elemento de presión contra el Gobierno de Barack Obama y el resto de la comunidad internacional. En las últimas semanas, el país, que retomó sus pruebas nucleares y sus ensayos balísticos, sigue adelante en su desafío contra el mundo.

 

Las gamberradas de Kim Jong Il consiguen como poco uno de sus objetivos: atraer la atención internacional. Así, el propio Obama aseguró estar implicado en las maniobras diplomáticas para rescatar a las dos periodistas. «El presidente está abriendo todos los canales para liberarlas», dijo un portavoz de la Casa Blanca, días después de que Washington asegurara que no hablaría con Corea del Norte hasta que terminara con su programa de rearme nuclear.

 

Corea del Norte tiene un historial de secuestros y sentencias desproporcionadas contra extranjeros. En la década de los 70 y 80, el régimen raptó a realizadores de cine, profesores y profesionales japoneses para utilizar sus servicios.