Dónde está la riqueza

Viendo lo que ha ocurrido en los últimos tiempos con la situación económica, yo sospecho que más o menos el 50% de la riqueza del mundo se ha «esfumado». Plaf, ha desaparecido de la faz de la Tierra. Casi de un día para otro. Hablamos de riqueza «monetaria», por supuesto. El oro, los diamantes y otras chucherías deben seguir en los mismos bolsillos de siempre. El origen de lo que ha acaecido ha sido que, en Occidente, los pobres quisieron convertirse en ricos (o al menos en clases acomodadas) a través del crédito, y los bancos, estimulados y respaldados por autoridades (como, por ejemplo, las administraciones Clinton y luego Bush, que favorecieron el dinero barato) y su propia avidez de beneficios, se lanzaron a un negocio en el que todo el mundo ganaba sin tener en cuenta que, cuando alguien gana, «otro alguien» tiene algo que perder. Sin embargo, todo el mundo confiaba en cargar la cuenta de pérdidas sobre el propio dinero: lo que «alguien tenía que perder» sería a su vez reemplazado y compensado por el interés del dinero. El dinero trabajaría para todos. No pensaron que el dinero estaba demasiado barato para generar un buen interés. No se le puede pedir al dinero que esté caro y produzca intereses y a la vez esté barato para no originar deudas. Resultado: un desastre global. Ocurrió que un buen día nos levantamos y un 50% de la caja se había eclipsado: del bolsillo de los pobres que quisimos ser gente acomodada, e incluso de la faltriquera de muchos ricos que jugaban a ser todavía más ricos. Yo, ingenuamente, me pregunto: ¿dónde está ese dinero que falta? Debe haber ido a alguna parte. ¿O es que eran sólo números y no existía ni un céntimo real detrás? Caerán algunos bancos, pero la mayoría serán «rescatados» a costa de endeudarnos a los contribuyentes, aún más, durante décadas. La banca sobrevivirá. Las familias pagarán lo que han perdido, y mucho más. Pero… ¿quién habrá ganado, aunque sólo sea una parte, de lo perdido? (Adivinen, venga).