Nueva York

Dorothea Lange el ojo de la América herida

La Fundación ICO exhibe por primera vez en Madrid, y dentro de PhotoEspaña, las imágenes de la gran fotógrafa sobre los efectos de la Depresión del 29 y la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos 

Dorothea Lange, el ojo de la América herida
Dorothea Lange, el ojo de la América heridalarazon

Lo cotidiano en la América profunda de los años treinta eran sequías, tormentas de polvo, negocios arruinados, cosechas perdidas, hambrunas, desolación, miseria y dignidad. La dignidad y la capacidad de sufrimiento de muchos agricultores que tuvieron que emprender un éxodo masivo desde el centro del país rumbo al Oeste. Eran los años de la Gran Depresión y al Gobierno se le ocurrió contratar a un equipo de fotógrafos para retratar la erosión social que vivía el país y difundir lo que la administración federal estaba haciendo por ellos.
En ese grupo de profesionales que trabajaron a sueldo de la Farm Security Administration estaban fotógrafos como Walker Evans, Arthur Rothstein, Ben Shahn y Dorothea Lange. El resultado de aquel encargo fue un documento colectivo excepcional que con el paso de los años alcanzó la categoría de arte, especialmente en los casos de Lange y Evans. Dentro del festival PhotoEspaña, que se inaugura el miércoles bajo el lema de «lo cotidiano», la Fundación ICO expone por primera vez en Madrid una amplia exposición dedicada a Dorothea Lange (1895-1965). En ella se muestran, además de sus trabajos más conocidos del medio rural, las fotografías de la evacuación y realojamiento de los 120.000 japoneses que vívian en la costa el Pacífico tras el bombardeo de Pearl Harbour, un ejemplo del racismo de los norteamericanos hacia la población japonesa que vivía en Estados Unidos.
Para Jack Von Euw, comisario de la Bancroft Library Pictorial Collection, el poder de las fotografías de Lange «deriva de su habilidad para trascender lo particular y expresar una iconografía universal de experiencias humanas, como el sufrimiento, la superviviencia y la dignidad al encarar circunstancias adversas que escapan al control de los afectos». Entre las 138 imágenes elegidas por la comisaria Oliva María Rubio para «Dorothea Lange. Los años decisivos» no sólo hay ejemplos del estilo documental y seco que la hizo famosa. La comisaria escribe en el catálogo que Lange va más allá para acercarse a la estética de la fotografía de la Nueva Visión. Son imágenes en las que por medio de ángulos de visión inusitados, picados y contrapicados o primeros planos, proyecta a sus personajes hacia el horizonte o los aisla en el suelo, produciendo imágenes de una gran belleza estética y de una importante carga simbólica». En la exposición también está la que, sin duda, es su más célebre fotografía, «Migrant Mother», símbolo de una época, imagen que transmite la miseria física y la fortaleza moral reflejadas en la cara de una madre granjera a cuyo cuerpo se aferran sus hijos como si fuera lo único que queda en el mundo. Dorothea Lange evocó años después el encuentró: «Vi a la desesperada y hambrienta madre y me acerqué a ella como si me sintiera atraida por un imán. No recuerdo cómo le expliqué mi presencia o la de mi cámara, pero recuerdo que no me hjizo preguntas (...). Acababa de vender los neumátidos del coche para comprar comida. Se sentó en aquel cobertizo de la tienda con sus hijos apiñados a su alrededor, y parecía saber que mi foto podría ayudarle, y ella me ayudó a mí».

«Todo es propaganda»

Lange estudió para profesora, pero con 17 años decidió ser fotógrafa.
En 1918 abandonó Nueva York para recorrer el país con su cámara. Se instaló en San Francisco, donde trabajó como retratista. Sus primeras fotos de la Gran Depresión fueron tomadas allí, hasta que en 1935 fue contratada por el Gobierno para fotografiar la crisis. Nunca tuvo reparos en calificar su producción como propaganda: «En realidad, todo es propaganda a favor de aquello en lo que crees. (...) Mientras creas con mayor fuerza y convicción en algo, más serás, en cierto modo, un propagandista».

Un intelectual llamado Ugo Mulas
Fue uno de los renovadores del lenguaje fotográfico italiano y, gracia a su voracidad detrás del objetivo, el fruto de su concepción de la imagen tuvo reflejo en diversas ramas de la fotografía porque «era un intelectual en el sentido más amplio y honesto de la palabra», explicó sobre Ugo Mulas la comisaria de la muestra incluida en «Exposiciones históricas y grandes maestros» de PhotoEspaña, Enrica Viganó. «Es la primera vez que tantas obras suyas salen de Italia», aseguró sobre las instantáneas que se pueden ver en el BBVA, y que trazan un recorrido por la heterogénea obra del artista. «Comenzó con la fotografía documental porque, para él, era la única digna», dijo la comisaria. Después, realizó «Milano», sobre la ciudad italiana, trabajo tras el que abordó los retratos de los artistas de la Bienal de Venecia de 1962, un género que también desarrolló en una serie realizada en Nueva York. La muestra finaliza con su trabajo donde investigó las posibilidades conceptuales de la fotografía.

Dónde: BBVA (Paseo de la Castellana, 81)
Cuándo: desde hoy hasta el 26 de julio
Cuánto: entrada gratuita