Atlético de Madrid
Paseo de «Champions»
Cómodo triunfo del Atlético para confirmar su pase a la Liga de Campeones. El Calderón se rindió a Forlán y disfrutó con el golazo de «Kun» Agüero
Madrid- El Atlético confirmó con muchísima facilidad su segunda clasificación consecutiva para la Liga de Campeones. Esta vez no hubo sorpresas y el Calderón fue, por fin, una fiesta. El cho- que ante el Almería era sólo un trámite, el motivo por el que todos los rojiblancos estaban allí bajo la lluvia era para celebrar el pase a la «Champions». Y lo hicieron a lo grande, con ganas de olvidar las malas rachas que han impedido al equipo luchar por una posición mejor en la tabla. Lo importante era el cuarto puesto, el «Pichichi», y la Bota de Oro de Diego Forlán y, por supuesto, el futuro.Los aficionados rojiblancos es- tán satisfechos con el buen final de temporada, pero les preocupan algunas noticias que llegan desde dentro del club. Por eso quisieron posicionarse, dar su opinión a los dirigentes y lo hicieron coreando el nombre de Abel Resino. Un reconocimiento para el buen final de curso del técnico y un aviso para los que mandan, que sepan que a la mayoría de la hinchada le apetece que el ex guardameta tenga su oportunidad, como la tuvo Javier Aguirre. El otro gran ídolo de la noche para el público fue Diego Forlán, y con razón. El uruguayo está en el mejor momento de forma de su carrera y le sobran puntería y fuer- za. Es una bestia llena de músculos que llega al gol a través de una potencia incontenible. Anoche hizo otro tanto de los que acostumbra últimamente, con un disparo lejano preciso e imparable para Diego Alves. Su aparición puso fin al último partido del curso, y acabó con la poca fe que pudiera tener el Almería en remontar el resultado. Todavía quedaban cincuenta minutos, pero esos ya no importaban tanto como la pretemporada pró- xima, el nombre de los posibles rivales en la previa de la «Champions» y hasta los nuevos fichajes. Era un puro paseo, ya que ni Forlán necesitaba más goles para asegurar sus premios personales. La racha del uruguayo ha eclipsado a su socio, que no ha terminado tan fuerte la temporada, pero que ayer dejó otra de esas joyas que siempre salen de sus momentos de inspiración. Agüero sabía que lo importante era que marcase su compañero y trató de pasarle el balón, pero no pudo. Entonces entró en el área, hipnotizó a Pellerano con dos recortes de fantasía y fusiló a Alves. Poco después, Raúl García aprovechó la relajación en el marcaje almeriense para cabecear junto a la línea un balón bombeado. Debate terminado. El Atlético solucionó el partido con el mismo guión que muchos durante la temporada: con algún despiste en defensa, con poca ela- boración en el centro, y una contundencia ofensiva al alcance sólo de los equipos que juegan la Liga de Campeones.
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