Crisis económica

El conejo

La Razón
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Hace unas semanas, cuando la gente empezó a ponerse nerviosa con lo de la subida de precios, el secretario general de Agricultura sugirió que, en lugar de comer cordero en las fiestas, se podría comer conejo. La cosa fue tomada a broma, aunque dicen que la venta del roedor ha subido un diez por ciento, no sé si por el precio o por la docilidad de ciertos votantes. En todo caso, no estoy muy seguro de el ministro se refiriera sólo al simpático animal desde la óptica culinaria.
Como es sabido, uno de los números clásicos de los magos consiste en sacarse un conejo de la chistera, lo cual suele sorprender siempre y distraer muchísimo. Creo que estamos ante una situación parecida, en esta feria de titiriteros en que se convierte la política cuando llegan las elecciones. Se trata de sacarse un conejo de la chistera para llamar la atención del público y conseguir que no se fijen en lo que no conviene. Y ese conejo es el aborto. El Gobierno ha estado ofreciendo ya, si no todo al menos mucho de lo que podía ofrecer, para atraer el voto de los indecisos.
Sin embargo, el miedo a una recesión económica es tan grande, la preocupación por la pérdida de ingresos para seguir llevando este nivel de vida artificial que llevamos ha crecido tanto, que el Ejecutivo tiene la impresión de que con sus promesas ya no es suficiente. Necesita que los medios de comunicación se enzarzen en algún asunto interesante, para que la gente miré hacia ahí y no le den tanta importancia a la subida del gas, de la luz, de los transportes, de las hipotecas y de la cesta de la compra. Y ese asunto es el aborto. Por supuesto que hay que aceptar el desafío de la discusión, pero sin seguirle el juego al Gobierno. Miremos al conejo de la chistera sin dejar de fijarnos en que, mientras tanto, el mago se guarda un puñado de billetes en el bolsillo.

Santiago MARTÍN