Constitución
El Congreso certifica la ruptura de la frágil unidad política frente a ETA
Socialistas y el resto de grupos votan contra la cuarta propuesta del PP para revocar la resolución de 2005.
Madrid- Se hablaba de unidad política, de honrar a los muertos, de recuperar la confianza perdida... pero los escaños, sin distinción cromática, estaban huérfanos de diputados. Era la cuarta vez que el PP llevaba a Pleno un texto para revocar la resolución de mayo de 2005 que autorizó la negociación con ETA, y también para instar ya a la ilegalización de ANV y el PCTV. En esta ocasión sendas propuestas se introdujeron en forma de enmienda a otra que pedía la no prescripción de los delitos de terrorismo. Y de nada sirvieron las invocaciones del popular Ignacio Astarloa a la necesidad de «pasar de las palabras a los hechos», las llamadas a enviar un mensaje inequívoco a ETA, en este final de Legislatura, para que pierda toda esperanza de volver a sentarse en una mesa de negociación con ningún Gobierno... Todo acabó, tal y como se esperaba, con la ruptura formal de la frágil unidad política que tan sólo hace una semana, todos los partidos escenificaron en una concentración unitaria «por la libertad y por la derrota de ETA». Sólo han pasado diez días de aquella declaración conjunta de repulsa al último atentado de la banda asesina, y asistimos a la misma fotografía de división que ha presidido estos últimos cuatro años. El diagnóstico de la banda terrorista es parecido, pero el tratamiento para acabar definitivamente con ella no es el mismo para PSOE y PP.
La primera Legislatura de Zapatero acaba, pues, como empezó: con una distancia infinita entre los partidos con posibilidad de Gobierno en materia antiterrorista. Lo pusieron de manifiesto los argumentos esbozados desde la tribuna de invitados por el mencionado Astarloa y por el portavoz socialista en Justicia, Juan Luis Rascón. El primero ofrecía una última oportunidad de enviar un mensaje claro a la banda asesina: «Que no se negociará nunca; que los terroristas no pueden ser alcaldes, ni concejales y que la derrota de ETA pasa por la aplicación implacable de la ley». Todo ello, claro, con la aprobación de la proposición no de ley en la que se pedía la revocación de la resolución de mayor de 2005 y la ilegalización inmediata de ANV y el PCTV. «Es momento de clausurar lo que nunca debió abrirse. Ir a unas elecciones con este asunto abierto es el peor balance de Legislatura que se puede hacer». Pongamos un final sensato a estos cuatro años insensatos», proclamó sin éxito en una Cámara Baja que volvió a tumbar, por cuarta vez, el mismo texto y con casi idéntico resultado en el marcador electrónico: 185 votos en contra y 124 a favor.
Rascón dio los argumentos del PSOE, que reiteraron el resto de portavoces. Y sin entrar demasiado en el fondo se quedó en la descalificación del PP como partido de la oposición, y en algunas recomendaciones básicas de lo que, a su juicio, debe ser la política sensata: lealtad al Gobierno, confianza en las instituciones y el Estado de Derecho e unión de los demócratas. «Ustedes –se refirió al PP– se han prodigado poco en esas tres virtudes que debe tener todo partido de oposición y, además, su iniciativa es la peor manera de honrar a los muertos». Enésima escena del desencuentro.
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