Atlético de Madrid
El ejemplo es Forlán
Queda sólo un partido y ya se conocen dos de las aficiones que no harán sufrir a sus maltrechas uñas en la última jornada liguera. Tanto Recre como Numancia ya pacen en los terrenos insípidos del campeonato después de perder el sabor de la Primera División. Los andaluces, argumentando una conspiración arbitral que, dicho sea de paso, en los momentos clave nunca los favoreció; y los sorianos, viviendo con demasiadas restricciones económicas que terminan por debilitarte a la hora de tener una columna vertebral que marque la diferencia. Ese tramo que sí está apareciendo en el Atlético de Madrid con el nombre de Forlán. El uruguayo está realizando un final de temporada escandaloso. Mientras algunos se sujetan la lengua después de tantos minutos acumulados, el punta rojiblanco anda con una chispa y una frescura fuera de lo normal. Son las actuaciones que te demuestran la profesionalidad y el culto al cuerpo de un futbolista como Diego. Una inversión que devuelve beneficios en forma de goles para él y para su equipo. Abel ha encontrado en Diego a su Robin Hood particular. No para de ayudar en cualquier parcela del campo durante los noventa minutos. Por momentos parece por sus apariciones que estuviese jugando un partido de fútbol 7. Le da igual apoyar defendiendo que ofrecerse atacando. Siempre tiene tres segundos para ofrecerle la mano a un compañero. Será difícil a día de hoy encontrarse en el fútbol europeo con un jugador tan generoso como él. Fíjate si es grande que estoy terminando ya su artículo y todavía no he mencionado lo más significativo, el posible Pichichi. Algo de lo que yo no dudo y que certificará en el úl- timo partido con algún «chirlo». Lo que no tengo claro es con qué pierna la enchufará. El uruguayo tiene el don de poder arrancar la moto con ambas piernas. Es un espectáculo.
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