Espionaje en Cataluña

El espíritu de «la casa»

La Razón
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Si existe algo inherente a unos servicios de inteligencia es su ausencia de polémica, discreción a ultranza, secreto. Pero en los últimos años en España, esta institución fundada por Carrero Blanco ha sido todo lo contrario. El antiguo Cesid fue blanco de feroces ataques mediáticos en la persona de su entonces responsable, el general Emilio Alonso Manglano. El escándalo del GAL, las escuchas y la filtración de «los papeles de Perote» cimentaron una campaña sin piedad contra el centro del espionaje.Ahora sale por la puerta de atrás Alberto Saiz, un hombre a quien le achacaban buenos resultados en la lucha contraterrorista, pero que una vez más se convierte en foco de linchamiento. Al margen de las presuntas acusaciones, la historia se repite. Parece haber mucho interés en cargarse a responsables del CNI, a costa de «soplones» internos. Ya se sabe que las mejores venganzas salen del mismo entorno, porque sólo los de dentro manejan los verdaderos hilos.Zapatero se ha apresurado a entregar la cabeza de Saiz como Herodes la del Bautista. Es decir, porque era un clamor en algunos medios. De nuevo llega un militar a la cúpula del CNI. Sensato y preparado, su primer gran reto es sellar bocas e imponer el espíritu de «La Casa»: opacidad y silencio.