Valencia
El eterno retorno de Lenny Kravitz
Kravitz comienza mañana su gira en Valencia, que le llevará a Córdoba, Madrid y Zaragoza y con la que celebra sus veinte años de carrera.
Ahora ya nadie lo piensa, pero hubo una época en la que Lenny Kravitz era «cool». Fue en sus inicios, con sus dos primeros discos, «Let Love Rule» (1989) y «Mama Said» (1991), y con canciones ganadoras como «Mr. Cab Driver» o «Always on the Run». De hecho hasta la crítica se deshacía en elogios hacia el músico neoyorquino. Le consideraron «el nuevo Jimi Hendrix». Mucho ha llovido desde ese brillante inicio en el que crítica y público iban de la mano. Kravitz es una primera figura indiscutible dentro del rock «mainstream» actual a pesar de que, como muchos rockeros veteranos, no esté en su fase creativa más inspirada.
Un artista sin musas
El éxito le sigue acompañando, pero la inspiración no. Quizá por eso, porque lleva ya veinte años en escena, por ser consciente de que su mejor momento con la musas ya pasó, el cantante y guitarrista norteamericano regresa a los escenarios con una gira bautizada con el nombre de «LLR 20(09)» en la que recuperará canciones de toda su discografía. Haciendo especial hincapié en su debut (las siglas de la gira hacen referencia a su primera obra, «Let Love Rule», un trabajo que será reeditado en breve en una edición especial plagada de extras), y en su último trabajo hasta la fecha, «It is time for a love revolution», publicado en 2008, que rompió un silencio discográfico de casi cuatro años.
En este «tour» especial de celebración que llega a España este mes (parará en Valencia, Córdoba, Madrid y Zaragoza), Lenny también tendrá tiempo de recuperar sus canciones más recordadas, sencillos como «Are you gonna go my way?», «Fly away», «Believe», «Rock and roll is dead», «It ain't over til it's over» o «Dig in». Unas composiciones que dejan bien a las claras el libro de estilo del cantante y compositor norteamericano: rock de guitarras potentes con regusto clásico y estribillos con gancho pop fáciles de recordar, que tampoco hace ascos a los medios tiempos de indudable tirón radiofónico. Ésta ha sido la fórmula que le ha permitido estar en lo más alto de las listas de éxitos durante las últimas dos décadas.
Odiado y amado
«Mis canciones son simples, a la gente le gustan o las odia. Los mejores autores son simples; Bob Marley era uno de los tipos más proféticos que existieron y, sin embargo, sus letras eran muy simples...», afirmaba hace unos años Kravitz. Y quizá ésa sea una buena definición de su música y de la percepción que el público tiene de su figura. Odiado y amado a partes iguales, el músico neoyorquino ha sabido mantener un estatus a lo largo de los años del que pocos pueden presumir en esto del rock. Ahora solo falta ver cómo se desenvuelve el Lenny Kravitz de 2009 en los escenarios, ese contradictorio artista que un día dijo que nunca abandonaría los métodos de grabación analógicos y que, con los años, acabó sucumbiendo a las bondades de lo digital.
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