El fin de la inocencia

Con la muerte de Antonio Vega, muchos se han dado cuenta de que son mayores. Durante mucho tiempo vivieron del pasado, de La Movida. Hoy hemos perdido la inocencia y nos hemos percatado de dónde estamos y qué ha pasado. Hay gente que afirma que hoy ha muerto «el Pop español». Yo diría más bien que hemos crecido: el mito de Peter Pan ha caído. La España moderna empezó con un disco de Nacha Pop. Una España democrática que no miraba al pasado, que superó la Transición y que dejó atrás las canciones de Raimon y de Serrat. Era una generación despolitizada que sólo pretendía pasárselo bien con buenos temas. Había algo latente en el ambiente, muchos grupos, pero Nacha Pop fueron pioneros en dar el paso: algo estaba cambiando, se escuchaba en todas partes, y «La chica de ayer» fue el primer gran hit. Antonio Vega encarnó a la primera generación que pudo escribir canciones sin censura: fue uno de los cuatro grandes compositores junto a Sabino Méndez, Jaime Urrutia y Carlos Berlanga, de la nueva música española. En los comienzos coincidimos en muchos conciertos: el «pack» Nacha Pop y Loquillo y los Trogloditas funcionaba muy bien y tocamos juntos a menudo. Por eso quiero transmitir toda mi solidaridad a Nacho García Vega, decirle que estoy aquí para lo que necesite: él es el 50 por ciento de Nacha Pop, sin que su labor haya sido siempre reconocida por igual.