Catástrofes y Accidentes

El geólogo que avisó del peligro fue tachado de «alarmista» e «imbécil»

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El geólogo que avisó del peligro fue tachado de «alarmista» e «imbécil»
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La predicción de un geólogo de que un terremoto devastador amenazaba la región de Abruzzo, realizada la semana pasada, resonaba ayer en la cabeza de todos los italianos. ¿Pudo evitarse la tragedia? ¿Podría haberse alertado a la población? Las respuestas a estas preguntas eran ayer dispares, pero nadie quedó indiferente a la sorprendentemente certera previsión del investigador Giampaolo Giuliani, del Laboratorio Nacional de Física, situado en Gran Sasso, cerca del epicentro del terremoto. El geólogo predijo un «evento sísmico de grandes proporciones», tras las numerosas sacudidas de baja y media intensidad registradas en la región desde hace dos meses. El investigador se basó en las mediciones de un aparato llamado «Gamma tracer», que midió los numerosos temblores que suelen preceder a un terremoto, mediciones que confirmó con la detección de radón. Este gas se filtra cuando los movimientos sísmicos abren grietas en la corteza terrestre. Su presencia es síntoma de que se puede producir un seísmo de dimensiones considerables. Sin embargo, las autoridades decidieron acallar a Giuliani, a quien tacharon de «alarmista» e incluso le sancionaron, temerosos de que cundiera un pánico «innecesario» entre la población. El propio director de Protección Civil, Guido Bertolaso, llegó a tacharle de «imbécil» y «loco». Bertolaso no dudó en afirmar ayer, en la rueda de prensa conjunta que ofreció junto a Berlusconi, que era «imposible prever» un seísmo de esta intensidad a tan baja profundidad, lo que lo ha vuelto más devastador, aunque ha reducido su radio de alcance. El primer ministro italiano quiso quitar importancia al asunto y pidió «ayudar más y polemizar menos». Pero el sancionado Giuliani no ha querido permanecer más al margen y acusó ayer al Istituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologia de «irresponsable». «Tenían las mediciones de radón y tenían el registro de los temblores; ¿por qué no hicieron nada?», dijo. Toques de aviso La Red Sísmica Nacional, que cuenta con 42 estaciones sensoras en todo el país, una de ellas situada en un pozo que hay dentro del castillo de la propia l'Aquila, registró temblores en la zona el 12 de marzo (magnitud 2,9), el 17 del mismo mes (3,6) y el lunes de la semana pasada. Este último alcanzó los 4 grados Richter. Finalmente, en la misma noche del terremoto, los osciladores midieron dos movimientos de menor intensidad antes de sufrir la sacudida de 5,8 grados y las consiguientes réplicas.