Déficit público
El Gobierno salva el primer trance de los Presupuestos para 2010
Sólo CC y NaBai votaron con el PSOE a favor de las cuentas públicas, pero bastó con la abstención de CiU.
Vía libre para comenzar la redacción de los Presupuestos Generales para 2010. El Gobierno salvó ayer en la Cámara Baja el primer trámite de las cuentas públicas, la aprobación del techo de gasto. Y lo logró pese a que la crítica a su política económica fue unánime. Sólo CC y NaBai votaron a favor del texto. En contra, lo hicieron PP y ERC y se abstuvieron CiU, PNV, IU-ICV y BNG. Conclusión: 172 votos a favor, 159 votos en contra y 15 abstenciones. El techo de gasto sigue ahora su tramitación parlamentaria y pasará a debatirse el martes en un Pleno extraordinario en el Senado, donde tendrá que someterse a una nueva votación antes de ser convalidado. Si el Gobierno vuelve a conseguir la mayoría de la Cámara Alta, el techo de gasto quedará automáticamente convalidado, mientras que si el Senado lo rechaza, el texto tendrá que volver al Congreso, donde precisará otra vez de mayoría simple para sacarlo adelante en otro pleno también extraordinario que previsiblemente se celebrará entre los días 6 y 8 de julio. El límite de gasto no financiero del Estado para el año 2010 se ha fijado, según lo aprobado ayer en el Congreso, en 182.439 millones de euros, lo que representa una caída del 4,6 por ciento sobre la estimación del presupuesto liquidado correspondiente al año 2009, pero supone un incremento del 14 por ciento sobre el techo de gasto aprobado inicialmente para este año (160.158 millones de euros). Pero más allá de las cifras, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, prometió ayer austeridad en la gestión del gasto público, excepto en las partidas de gasto social y productivo, en un año que calificó de «especialmente difícil», como 2010, que será también cuando empiece a iniciarse «ligeramente» la recuperación económica. La austeridad del gasto, dijo Salgado, será «clave», pero también habrá una «política fiscal exigente» para recuperar «paulatinamente» la senda del equilibrio presupuestario a medio plazo y reconducir las finanzas públicas al saneamiento estructural. Para que lo entiendan: habrá subidas de impuestos. Es más sencillo decirlo así para que no haya engaños y los bolsillos estén preparados.El PP, por boca de Cristóbal Montoro, acusó a la sucesora de Solbes de «pasar a la historia» en sólo tres meses. ¿Motivo? «Llevar a las finanzas públicas a su mayor déficit, mientras España ha pasado de dar un ejemplo de creación de empleo a lo contrario». Dio por hecho que el Gobierno subirá la carga fiscal a los ciudadanos para recuperar el déficit del 3 por ciento en 2012, y aventuró un incremento de «entre 9 y 10 puntos», que supone una «amenaza real» para las clases medias.Implacable contra la subida«Lo que nos trae es penuria, recesión y segura subida de impuestos», remachó el responsable de Economía del PP. No crean que el discurso de quienes se abstuvieron fue muy diferente. Por ejemplo, el del portavoz adjunto de CiU, Josep Sánchez Llibre, calificó de «poco rigurosas» las previsiones del Gobierno, del que dijo que «la constante ha sido su tozudez en no reconocer la situación». Es más, advirtió de que su grupo será implacable contra cualquier subida de impuestos. Desde el PNV, Pedro Azpiazu, instó a Salgado a revisar sus previsiones para que España no alcance los cinco millones de parados, y exigió una «reforma fiscal de verdad», así como una reducción del gasto improductivo de las administraciones, de las que dijo deben aplicarse su ERE (Expediente de Regulación de Empleo) particular. Por ERC, Joan Ridao, glosó que lo que «enerva» a las clases medias no es pagar «algo más de impuestos» en gasolina y tabaco, sino la «falta de equidad». Similares argumentos se escucharon desde todos los ángulos políticos. Es evidente que al Gobierno le quedan pocos amigos.
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