El Guggenheim ya es cincuentón

Frank Lloyd Wright (1867-1959) jamás preguntaba a la gente qué tipo de casa quería cuando le encargaban un proyecto. Establecía un diálogo del que deducía cómo vivían. Y a partir de ahí diseñaba la cocina, el salón y las habitaciones para cumplir con las necesidades de los que iban a habitar más tarde la vivienda. De esta forma, María Nicanor, comisaria del departamento de arquitectura del Guggenheim, reconoce que con la exposición «Frank Lloyd Wright: From Within Outward» se establecerá con los visitantes «una reflexión sobre cómo vivimos hoy y si la arquitectura nos sirve».

Es la primera gran muestra dedicada a este arquitecto, que reinventó el espacio en Nueva York, desde 1994. Podrá visitarse hasta el 23 de agosto. Después, viajará a Bilbao para mostrar el trabajo que convirtió a este arquitecto en un genio y que falleció unos seis meses antes de la inauguración de este edificio, ubicado en pleno Manhattan.

Un nuevo espacio

El museo neoyorquino rinde así homenaje, en el 50 aniversario de la apertura del edificio, al arquitecto que lo diseñó. Se muestran 64 proyectos de este creador norteamericano que reinventó el espacio a través de 201 dibujos, 12 maquetas nuevas y animaciones en tres dimensiones. Entre ellas destaca, la del museo Guggenheim. María Nicanor explicó a LA RAZÓN días antes de abrirse esta exposición sus desafíos mientras se colocan las maquetas y los dibujos del genio de la «arquitectura viva» en las seis rampas del museo.

Entre el material, destacan los proyectos de la iglesia Unity Temple, la casa Herbert Jacobs, su hogar y su estudio de Spring Green en Wisconsin, la sinagoga Beth Sholom y su plan urbanístico de Bagdad, que nunca se ejecutó. «Estábamos preocupados porque la gente no sabe leer planos de arquitectura. Es una exposición muy clásica con dibujos de principios de siglo. Las maquetas y animaciones en tres dimensiones aportarán mucha información», admite Nicanor. La exhibición enseña los proyectos de toda la tipología de edificios con los religiosos, los públicos o los de oficinas. Los comisarios han querido contar con dos torres de las cuatro anexas de este centro para mostrar «los proyectos de las casas y también los urbanos. La ciudad con todos los rascacielos junto a aquellas ideas que se quedaron en mero boceto», reconoce Nicanor.