Hollywood

«El hombre es un complemento de la novia»

Cambió la escuadra de la arquitectura por la aguja porque sabía que lo suyo era la costura. Con sólo cinco años «soñaba» cada jueves con este mundillo, cuando la modista visitaba su casa para hacer arreglos a su madre y a su hermana. Allí podía jugar con las telas e imaginar que vestía a esa chica del cine que resultó ser Audrey Hepburn. Ha diseñado el vestido de todas las VIP's dignas de crónica social, pero asegura que con todas las clientas pone la misma ilusión y esmero. Unas cualidades que le han llevado a ser líder del sector.

«El hombre es un complemento de la novia»
«El hombre es un complemento de la novia»larazon

–Yves Saint Laurent dijo que un buen vestido es el pasaporte a la felicidad. Un buen vestido de novia es un pasaporte a….

-No se puede completar con una palabra, pero el tándem perfecto, el logro del vestido nupcial, es conseguir el dueto perfecto entre creador y novia.

-¿Y cómo se logra?

-Con un «feeling» inicial entre los dos. No se trata de disfrazar a la novia, sino de elaborar lo mejor para ella y su forma de ser.

-Es una responsabilidad muy grande, debe materializar los sueños de toda una vida…

-Sí, y hay que hacer un poco de psicólogo. La primera prueba es como un test en el que preguntas ¿en que época te casas?, ¿dónde?, ¿cómo es tu novio? Lo bueno de Pronovias es que puedes ver a una novia romántica, «minimal», super recia, naïf…

-Vamos, que está abierto a todo tipo de estilos.

-Sí, llevo 20 años en Pronovias y esto es lo que me ha enriquecido personal y laboralmente. Hay marcas que imponen su estilo, pero a mí no me gusta. La novia es como es y yo tengo que vestirle a su gusto, como esté más guapa. Recuerda que nosotros inventamos el prêt-à-porter nupcial.

-¿Qué es indispensable para que un vestido no falle?

-La gente sólo se fija en el vestido final. Pero lo primordial es el patrón y el tejido. Lo bueno es que, al ser una cadena muy importante, podemos escoger al fabricante internacional que queramos. Vamos, que creamos nuestro propio tejido, un lujo.

-Las casas de tejidos le recibirán con una sonrisa enorme...

-Claro, porque saben que si Pronovias les pide un encaje, se convertirá en tendencia y no pararán de trabajar el año siguiente.

-¿Cómo se siente sabiendo que una de cada cuatro novias españolas se casa con Pronovias?

–Es apabullante, pero no es un halago masificado. Hacemos tantos estilos y líneas y renovamos tanto que siempre hay novedades.

–Más de 5.000 españolas han diseñado en la web de Pronovias su vestido ideal, y arrasa el palabra de honor...

–Sí, y es sorprendente, porque hasta ahora no lo pedían mucho, querían cubrirse y taparse porque pisaban la iglesia. Ahora, la ceremonia está a medio camino entre el rito y la fiesta, y el palabra de honor cumple las expectativas.

-Cecil B. DeMille dijo que la alta costura era indisoluble del cine porque «hacía soñar al público». ¿Hay algún vestido de novia del celuloide que le haga soñar?

-No he visto ninguno. Sin embargo, uno de los trajes icono es el del Grace Kelly, que siendo actriz tuvo una boda de cine y fue vestida por Helen Rose, que se encargaba del vestuario de los estudios.

-¿La crisis pasa factura?

-Los sentimientos no entienden de crisis. Ellas prefieren recortar en otros gastos. Hasta el hombre es visto como el complemento de la novia. Tiene que ir neutro para que la novia brille.

-¿Y cuándo le tocará el turno a ellos?

-Pues no lo sé, pero yo no tengo ninguna intención de que les llegue (ríe).