Manhattan
El primer edificio de oficinas Verde de Nueva York
La Torre Hearst de Manhattan es un ejemplo de arquitectura tecnológica y sostenible. La construcción de Norman Foster que consume un 25 por ciento menos de energía tiene el sello de sostenibilidad LEED de oro
La Torre Hearst de Manhattan, en Estados Unidos, parece que se estira para coger un poco de aire y respirar algo mejor. El ruido del claxon de los taxis compite con el de los motores de los camiones. Pero, una vez que la luz verde de los semáforos cede su turno a los peatones, el gentío se hace dueño de los pasos de cebra. Es sólo durante los segundos que las señales de tráfico les dan preferencia. Ellos siempre intentan apurar un poco más. Y entonces es cuando llega el momento del juego de cintura de mensajeros que van en bicicleta, repartidores, hombres de negocios, turistas y otros neoyorquinos que cohabitan en la jungla de asfalto de Manhattan con el resto de coches, taxis y autobuses. Ubicada en la calle 57 con la Octava Avenida, en plena zona de «Midtwon» donde están las oficinas neoyorquinas, su arquitecto Norman Foster se atrevió con un edificio reciclado en ideas y materiales. Primero, porque este proyecto se parece al que presentó al concurso del proyecto de reconstrucción de la Zona Cero y segundo, porque el acero empleado ya ha sido utilizado y se podrá volver a usar. La torre de Norman Foster se eleva sobre la antigua construcción de seis pisos de 1928 del arquitecto austríaco Joseph Urban. En un principio, iba a ser la base para un rascacielos, pero debido a la Gran Depresión se decidió posponer. Y ha tenido que ser casi 80 años después cuando se completase este proyecto, donde se ubica la sede central de Hearst Corporation. Es el paraguas bajo el que se encuentran 16 periódicos diarios, 49 publicaciones semanales, 200 revistas y 28 estaciones de televisión, entre otros medios de comunicación. La torre del arquitecto británico tiene una altura de 182 metros con una superficie de casi 80.000 metros cuadrados, de los que 60.470 son metros útiles de oficina. Marca «verde»Consume el 25 por ciento de energía que los edificios convencionales que tiene alrededor de la zona. Como resultado del ahorro energético y el aprovechamiento del agua de lluvias, por ejemplo, es el primer edificio de oficinas en Manhattan que ha logrado la calificación de oro del programa del Consejo de Edificios Verdes en Energía y Medio Ambiente en Estados Unidos (certificado de sostenibilidad LEED, por sus siglas en inglés). La reducción conseguida en consumo de energía eléctrica del edificio es equivalente a la eliminación de 1.074 toneladas de dióxido de carbono (CO2), es decir, como si se sacasen 215 automóviles de las calles de una ciudad. Los grandes paneles de cristal del rascacielos permiten que el interior sea iluminado con luz natural. A su vez, los marcos de los paneles contienen un 20 por ciento menos de acero que cualquier otro edificio, con lo que se ha conseguido ahorrar aproximadamente 2.000 toneladas de dicho material. El techo está diseñado para recoger agua de lluvia y reemplazar la que se pierde en la evaporación en el sistema de aire acondicionado de la zona de oficinas. El agua de las tormentas se utiliza para alimentar un sistema de riego de plantas y árboles del interior y exterior del edificio. De hecho, el 50 por ciento del agua que sirve para abastecer las necesidades de la torre procede de la que se captura cuando llueve. Asimismo, los sensores de luz controlan la artificial de cada piso a partir de la cantidad de la iluminación natural. Los detectores de movimiento permiten a las mismas luces y ordenadores apagarse cuando perciben que no hay nadie en los despachos. Un edificio con premiosEl año que el proyecto se terminó, en 2006, este proyecto del británico recibió el galardón Emporis Skyscraper de arquitectura que premia el diseño de los edificios y su funcionalidad. Precisamente, Foster indicó en su momento que estaba «entusiasmado con que la Torre Hearst haya recibido este prestigioso reconocimiento». «Es una marca de un cliente ilusionado y una gran ciudad en la que la torre literalmente brilla sobre su horizonte. Marca también la realización del plan original de William Randolph Hearst de un edificio en Manhattan. Fue un privilegio revivir su sueño con un nuevo horgar sostenible para la corporación Hearst», descató el arquitecto cuando le entregaron dicho premio. Uno de los desafíos de este grupo de comunicación era crear un diálogo entre lo viejo y lo nuevo. Eso sí, los más críticos con la base de Urban se cuestionan la razón de mantener lo antiguo cuando es horroroso. Dicha base hace que se vea una torre flotante ligera de paneles triangulares que encuentran su lugar sobre una estructura de acero, de la que el 80 por ciento del material es reciclado.
Casi un siglo en acabarLos seis pisos de la primera construcción empezaron a elevarse en 1927 y se terminaron en 1928. El proyecto contó con un presupuesto de dos millones de dólares. Estaba previsto que este primer diseño fuese la base para una torre que nunca fue construida por los problemas de la Gran Depresión. Entre 1945 y 47, el estudio de George B. Post & Sons llevó a cabo varias propuestas para edificar nueve pisos más. Los planes fueron presentados en 1946, pero nunca se ejecutaron. La construcción ya existente de 1928 se clasificó como fuera de lo que se entendía por Art Decó en la época, ya que era una combinación de varios estilos. La idea arrancó porque el magnate de la comunicación William Randolph Hearst quería una sede para sus negocios. En 1895, empezó a comprar terrenos en la zona de la Calle 57 con la Octava Avenida, donde se encuentra la torre de Norman Foster. Hearst se hizo con seis propiedades distintas. No tenía claro dónde quería ubicar su edificio. Finalmente, adquirió los terrenos donde se levanta la construcción en 1921. En un principio, fue concebido para albergar una estructura de dos alturas con tiendas, oficinas y un auditorio con capacidad para 2.500 personas. En 2006, el arquitecto terminó el proyecto con la Torre Hearst. El hombre de negocios tenía muchas expectativas depositadas en esa zona. Pensaba que el área de Columbus Circle, situada en la esquina suroeste de Central Park, iba a convertirse en una extensión del distrito de los teatros, que entonces estaba en pleno desarrollo. El Carnigie Hall, una de las salas de conciertos de referencia, se había construido en 1891. En la actualidad, cuenta con un programa de más de 250 actuaciones por temporada. Y el Teatro de la Ópera del Metropolitan tenía previsto construir una nueva casa en la Calle 57, aunque poco después abandonó el proyecto. Eso sí, la zona de Columbus Circle experimentó una desarrollo comercial sin precentes.
FICHA
Período de construcción: 2003-2006Área: 79.500 metros cuadradosEspacio útil: 60.470 m2Número de pisos: 46Capacidad del edificio: 1.800-2.200 personasEstructura: AceroEnergía: Es el primer edificio comercial «verde» de Nueva York. Diseñado para consumir un 25 por ciento menos de energíaOtros factores verdes: Más del 85 por ciento del acero utilizado se podrá reciclar. Los marcos de los paneles de cristal triangulares contienen un 20 por ciento menos que uno convencional, con lo que se ahorra unas 2.000 toneladas de este material
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