Sevilla

El PSOE se lanza a por Arenas tras el escándalo que salpica a Chaves

El PSOE se lanza a por Arenas tras el escándalo que salpica a Chaves
El PSOE se lanza a por Arenas tras el escándalo que salpica a Chaveslarazon

No fue un debate parlamentario, sino una lucha cuartelaria de dos ejércitos a la caza de dos generales: por un lado, el PP pretendía acabar con la honorabilidad del ex presidente Chaves; por su parte, el PSOE, como una madre a la que le han quitado un hijo, se centró en atacar con insinuaciones querellables la figura de Arenas. Ninguno de los dos habló ayer; uno no estaba, y al otro no le tocaba, pero sus diputados, convertidos en irreflexivos soldados, parecía que sólo obedecían órdenes de guerra.

 El consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Martín Soler, compareció ayer en el Parlamento a petición del PP para informar sobre la concesión de incentivos a la empresa Minas de Aguas Teñidas. Era lo de menos, porque el guión ya estaba escrito. Soler repitió los mismos argumentos que ya ofreció el Gobierno andaluz cada vez que la oposición le preguntó por este tema. Sólo añadió uno: que Paula Chaves Iborra, la hija del ex presidente, no figura como apoderada en la tramitación del expediente de la concesión de ayudas de 10 millones de euros a la empresa minera. Los populares siguen manteniendo lo contrario.

Mucho le ha tenido que escocer a Chaves las insinuaciones del PP de trato de favor a la empresa en la que trabaja su hija, para que Martín Soler atacara de manera tan cruenta a Arenas. Esperó a su último turno de palabra para lanzarse a por su presa. Le acusó de todo lo posible. «Yo no le llamo corrupto», dijo Soler, pero ése era el objetivo. Insinuó que puede haber una pieza separada en un juzgado por su relación con la empresa Viajes Pasadena cuando era secretario general del PP, de la que recibió viajes y regalos; dijo que la empresa Eléctricas Olvera, pueblo natal de Arenas y propiedad parcial de un hermano, recibió ayudas e incentivos cuando era ministro; dentro de la trama Gürtel, Soler aseguró que Arenas podía haber recibido un reloj valorado en 250.000 «personas»–por pesetas, claro–; le criticó por su cercanía a Bárcenas, tesorero también en la época del actual presidente del PP-A como responsable nacional de su partido, con el que compartió partidos de pádel; e incluso le llegó a decir que estaba en el punto de mira de la brigada de investigación de delitos económicos.

El PSOE no puso el ventilador. Era algo más. Era el ojo por ojo. Lo de menos era Aguas Teñidas, «un expediente inmaculado», había que hacer daño a Arenas.

El presidente del PP-A reía en su escaño, y repetía dos palabras: «mañana» (por hoy, que intervendrá en el Parlamento) y «querella». Seguramente, la jornada de ayer tendrá continuación en los tribunales de justicia. Por parte del PP, el combatiente, que no diputado, fue José Luis Rodríguez. Acusó a Chaves de «nepotismo», de «trato de favor» y de «corrupción con mayúsculas». Aseguró que el ex presidente firmó «a sabiendas» de que su hija era la apoderada de Minas de Aguas Teñidas la autorización del Consejo de Gobierno para el cobro de la subvención y criticó la falta de transparencia del Gobierno andaluz que no les remite el expediente completo de la ayuda concedida a la empresa.

«Son ustedes unos ignorantes», fue una de las últimas perlas del consejero de Innovación. El asunto no está zanjado y mucho más después de la jornada parlamentaria de ayer. El PP anunció que pedirá una comisión de investigación en el Parlamento; en principio, IU también la apoya. Pero el PSOE no está dispuesto a ceder ni un milímetro en este tema. El propio presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ausente en la sesión de ayer, cerró filas con su antecesor: «No incumplió la Ley de Incompatibilidades».