El relax del campeón

Cuando Joan Laporta entregó la silla de director del Barça a Guardiola, éste ya estaba empapado del guión de la película. No ignoraba que se trataba de una superproducción: LA OCASIÓN. Conocía la casa, la filosofía azulgrana, a directivos, ejecutivos, oráculos y artistas. Estableció pautas e inició el rodaje. Apresuradamente, el suspense, con la derrota en Soria y el empate ante el Racing en el Camp Nou. Dos partidos, dos pifias. Aquello son las tomas falsas... Superado el escollo, Pep, rápido, hábil y tenaz, enderezó el rumbo. En el ecuador, campeón de invierno. Sólo la irrupción desesperada del Madrid recuperó la emoción de tal manera que, aunque se presumía un final feliz, el desenlace era una incógnita... Para los incrédulos. La película de Guardiola, «la Liga es bella», cumplía los requisitos indispensables para terminar sin traumas ni amarguras. A tres partidos del final, alcanzó el éxtasis. El Barça es un campeón rotundo, envidiable, el ideal, tal y como fue el largometraje. Eastwood eligió la expiración afligida en algunas de sus obras, «Million dollar baby», «El gran Torino» o «Mystic River»; en otras, «Ejecución inminente», «Poder absoluto» o «Sin perdón», azucaró la conclusión. De la trilogía de Guardiola, dos películas han obtenido el Oscar, la Copa y la Liga, aun rodando las últimas escenas con los extras, de ahí la derrota en Mallorca (2-1). El clímax, en Roma, el 27 de mayo, frente al Manchester United.